Imagen: Diario Austral de Osorno
El 12 de octubre de 1909, en la población Nueva España, actual comuna de La Cisterna, Santiago, se hizo la primera celebración popular de esta efeméride en Chile. Fue con ocasión de la inauguración de esta población construida por un grupo de inmigrantes españoles.
A partir de 1911 se extendió por el país la Fiesta de La Raza, por iniciativa de la Unión Iberoamericana, y como feriado nacional por ley del Presidente Alessandri Palma en 1921. Llamada después «Día de la Hispanidad», se refiere a la comunidad de naciones americanas que tienen con España vínculos de sangre, religión, costumbres y otros signos de identidad hispana.
En el último tiempo, grupos indigenistas reclaman por esta efeméride, a la cual consideran como inicio de todos sus males. Sin embargo, lo que se celebra también les incumbe.
Muchos indígenas chilenos tienen ascendencia hispana, siendo en realidad mestizos, a partir de las mujeres españolas cautivas por mapuches, pehuenches y huilliches, o por matrimonio en las generaciones posteriores.
Entre las mestizas destacan Magdalena de la Serna (con descendientes Toro Irarrázabal en Osorno) y Leonor Zegarra, cuyo padre fue encomendero y alcalde de Osorno. Catalina de Cáceres, antepasada de los Carrera, Errázuriz y Valdés; Jerónima de Ahumada, sobrina de Santa Teresa de Avila, y María Pichulién, cacica de Chacabuco, que tienen por descendientes a Jorge Alessandri y Marcos Enríquez Ominami. O Juan Ambrosio Escalaferna, de madre indígena chilena, abuela indígena panameña, casado con Ana de Castro, mestiza de indígena de Santiago, todos ascendientes de José Toribio Merino y Baltasar Castro.
La religión es otro aspecto que une al indígena con lo hispano, desde el siglo XV con la llegada de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, y otras advocaciones surgidas en Venezuela, República Dominicana, Ecuador, Bolivia o Argentina, vinculadas a indígenas.
El concepto del Dios único es introducido por los misioneros en la conquista y asumido por los naturales desde Atacama a Chiloé. Lo mismo pasa con los ritos fúnebres, los cementerios, las rogativas y bendiciones de los campos, que son ritos católicos muy antiguos.
En las fiestas religiosas, asumidas por los indígenas, salvo las máscaras chinas, la presencia hispana está en trajes y bailes de La Tirana, Andacollo, Copiapó y la Zona Central. También en los empellejados de Lora y Lago Ranco.
Lo mismo sucede con las sopaipillas, las pantrucas y el pebre, que algunos quieren hacer indígenas. Las joyas de plata típicas de La Araucanía, tienen su referente en modelos ibéricos y fenicios como la Dama de Baza, desarrollados por los plateros españoles que les enseñaron el arte de la orfebrería.
La música y bailes que vemos en la costa de Osorno son de origen español. Aunque a algunos no les guste, es bastante lo que une al indígena con España en la vida cotidiana, no sólo para el 12 de octubre.
Fuente: Diario Austral de Osorno (30.09.2011) [Requiere registrarse en «El Mercurio S.A.P.»]