¡Fill püle powüpe ta fa!


Imagen: A la izquierda, Laureano Millaquipay luciendo su collar de plata y bastón de mando; al centro un cacique de la zona con el mismo collar, en 1865. A la derecha, otro cacique hacia 1863. | GSE

Ayer se cumplieron 219 años del acuerdo de paz firmado entre hispanos y huilliches a orillas del río Rahue, el cual se festejó sin interrupción hasta 2010. Se trató, por cierto, de una ceremonia donde fue reconocida la autoridad de loncos y caciques. Su olvido es una pérdida para las tradiciones culturales de la provincia de Osorno.

Guillermo Sáez Eickhoff – gsaeze@australosorno.cl

Y dice la historia que ese día en señal de paz perpetua «(…) se enterró un fusil, una lanza y una macana, acción con la que perpetúan la amistad y poniendo sobre estas armas los bastones del Rey, la bandera y laurel de la paz, se abrazaron todos y dieron la mano a los padres misioneros (….)».

El acto se llevó a efecto a orillas del río Rahue (en lo que hoy es calle Temuco, en Rahue Bajo), donde confluyeron las autoridades de la corona, los comisionados teniente Julián Pinuer, el padre Alday y Francisco Aburto, y por el pueblo huilliche los loncos Catrihuala, Iñil y Caniu. En esta jornada nació además la Junta de Caciques Huilliches del Futahullimapu. Fue un lejano 8 de septiembre de 1793, hace 219 años, que se firmó el Tratado de las Canoas, lo que permitió que el hispano nuevamente pueda cimentarse en estas tierras que ocuparon en antiguos tiempos.

Asimismo, los indígenas aceptaban establecer las misiones de conversión y permitir su evangelización.

El lonco Colin, jefe de la parcialidad de Quilacahuín, cede parte de sus terrenos para este efecto; igual cosa ocurre en Coyunco (hoy Cuinco, por la ruta U16, al final de Francke) con el lonco de esa localidad.

El lonco cabeza es el jefe de una parcialidad o clan familiar en la organización tribal, que al carecer de un gobierno central tiene este cargo de aspecto administrativo y religioso de un clan que habitan en rucas dispersas y ligados familiarmente.

Su autoridad emana por descendencia familiar, por tributo o por nombramiento de su comunidad. El bastón que portan, con empuñadura de plata, les fue dado por las autoridades de la corona para simbolizar su alto cargo y con orgullo lo traen consigo en los actos oficiales.

El término cacique es una denominación de los indios del caribe, introducido por los españoles a Chile para designar a los jefes mapuches y es tal vez uno de los primeros síntomas de la transculturación de nuestros pueblos originarios.

A partir de 1793, cada 8 de septiembre este tratado que hoy recordamos era invariablemente conmemorado con un acto en la plaza de Armas de Osorno. Sin embargo, desde el año 2010 que esto no ocurre y ha caído en la omisión, por lo cual esperamos que no entre en el olvido, como es frecuente en nuestra ciudad, con situaciones que son parte de la identidad del osornino.

En las imágenes de hoy tenemos una galería de loncos huilliches de diferentes épocas. Arriba, desde la izquierda, está Laureano Millaquípay, cacique mayor de San Juan de la Costa en los años setenta del siglo XX, luciendo el característico collar de plata que usaban los diferentes loncos de esa parcialidad en ceremonias y actos oficiales desde tiempos inmemoriales.

Se cuenta que a esta venerada joya misteriosamente se le perdió la pista en esos días y nunca más ha sido encontrada, pese a los esfuerzos realizados por recuperarla.

Le sigue un cacique de 1865 con el mismo collar y a la derecha un cacique huilliche con larga cabellera captado a mediados del siglo XIX. Ellos sostienen en sus manos los bastones entregados por las autoridades españolas, que le signaban como símbolo del cacique.

Las imágenes fueron captadas por Rafael Castro y Ordoñez, miembro de la Comisión Científica del Pacífico y se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en España.

En la imagen inferior, el cacique mayor Juan Huenupan Guala, de Lafquenmapu, conmemorando en 1986 los 193 años de la firma del Datado de paz en un simbólico abrazo con el coronel Ramón Valdés Rosas, gobernador provincial de Osorno.


Imagen: En la imagen, el cacique Juan Huenupan Guala junto al gobernador coronel Ramón Valdés | GSE

En el último tiempo los caciques huilliches han insistido en ser reconocidos como pueblo con plena autonomía y representando ellos su máxima autoridad. En uno de los memoriales de sus solemnes declaraciones plantean «nuestra organización La Junta de Caciques hoy sigue existiendo con vida y fuerza y seguirá hasta cuando el mundo sea».

1793: se festejó el acuerdo de paz llamado Tratado de las Canoas, acto que permitió la repoblación de Osorno y el desarrollo de la zona.

Fuente: Diario El Austral de Osorno (09.09.2012)


Más información
Fütawillimapu: Tratado de Las Canoas, 8 de septiembre de 1793 [PDF]

Tamün srakisuam
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