Imagen: Diario La Estrella de Chiloé
A pocos días de celebrado el Año Nuevo Huilliche o We Chipantü, que sella un compromiso de renovación con la tierra, el período permite echar un nuevo vistazo a la relación de los pueblos originarios y la comunidad en general, en especial, los huilliches y su compleja relación con el Estado, ente con el que mantiene una serie de temas pendientes, ligados principalmente a la recuperación de tierras.
Armando Llaitureo, paramédico y líder del Consejo General de Caciques de Chiloé, considera que en estas situaciones debe existir un nuevo trato, más inclusivo, en el que debe predominar la voluntad de los pueblos originarios, puesto que muchas de las decisiones que se toman sobre ellos son consideradas por los comuneros com o unilaterales y faltas del sentido de pertenencia de su cosmovisión cultural.
Una de las demandas de los indígenas es lograr que se establezca una educación verdaderamente intercultural para afianzar y propagar la identidad étnica de las nuevas generaciones de huilliches en la provincia.
¿Cómo se está llevando la situación de las demandas de tierras?
Tenemos un problema de tenencia de tierras en la comunidad de Huequetrumao en Quellón. Allí se formó una mesa de trabajo con la Gobernación Provincial, donde se están desarrollando las mediciones por parte de una consultora para identificar los predios que pertenecen a particulares y los que son de propiedad fiscal. Creemos que se llegará a buen puerto.
¿Dentro de estas mismas reivindicaciones se encuentra Tantauco?
Lo que nosotros exigimos es que no se cambie nada. Allí sabíamos del proyecto de la Fundación Futuro, por lo que exigimos como Consejo de Caciques que no se realice ningún tipo de explotación del bosque nativo ni de otros recursos hasta que se aclare la situación de la tenencia de la tierra. Al menos allí logramos que los gobiernos anteriores impidan que se hagan manejos en la zona. Además, se interpuso una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El país ratificó el convenio 169 de la OIT, ¿cree que el Estado chileno está dando cumplimiento a los derechos de los pueblos originarios?
Hay una serie de situaciones que no le dan cumplimento a este convenio. No existe un trato distinto más cercano hacia nuestra etnia. Hay situaciones como la falta de consideración en las oficinas públicas de identidad de respeto.
Bajo este mismo esquema, ¿cómo ve el tema de la educación intercultural?
Aquí no hay cambios, debería existir una política de Estado en esta materia, que es fundamental en la preservación y difusión de nuestra cultura para el respeto ancestral. Se hacen proyectos de educación intercultural, pero no se prolongan más allá de los seis meses. No existe una política permanente por parte del Ministerio de Educación, que debería promover el rescate de nuestra lengua y tradiciones.
Otra de las aristas es la de los proyectos de fomento productivo de Indap, que se enmarca en una política igual para todo el país, donde no existe una diferencia para los pueblos indígenas. Pongo como ejemplo: no se pueden plantar pinos o eucaliptos en Chiloé por el gran consumo de agua de estos árboles.
La llegada de un nuevo gobierno significa variaciones en la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, Conadi, ¿por dónde cree que deben pasar esos cambios?
Yo aspiro a una mayor participación de las comunidades en las decisiones del Estado. Y cuyas decisiones sean en conformidad a las necesidades de los pueblos, como los que poseen nuestros hermanos de todo el Archipiélago. Para el 15 del próximo mes tendremos una reunión en el sector de Natri, comuna de Chonchi, donde existe una sede del Consejo de Caciques con el director nacional y el director regional de Conadi para plantearles nuestras necesidades, las que esperamos sean bien recibidas. Entre ellas, que no existan tantas consultoras, porque la plata pasa de una a otra y ellos no le dan continuidad a los proyectos y estos luego se archivan.
Fuente: Diario La Estrella de Chiloé (27.06.2010)