¡Fill püle powüpe ta fa!

Seis millones de dólares pagó Sebastián Piñera, en 2004, por más de 118 mil hectáreas de bosque nativo al sur de Chiloé, para sumar a su haber un parque privado que ocupa un 15% de la superficie de la isla. Quizás esto no tuviera tanto impacto a no ser por dos “detalles”: que el dueño –a través de la Fundación Futuro- es el actual Presidente de Chile y que el lugar fue bautizado como Parque Tantauco.

El pueblo williche logró de la Corona española el respeto que nunca ha obtenido posteriormente del Estado chileno. Cuando en 1826 el archipiélago de Chiloé se incorporó a Chile, dando por terminado el proceso independentista nacional, ambos estados firmaron un acuerdo que estipulaba que a sus ancestrales habitantes se les respetarían sus bienes y propiedades. Ese fue el Tratado de Tantauco, el cual, según las comunidades indígenas chilotas, ha sido permanentemente violado por las autoridades chilenas.

Estos antecedentes nos sirven para entender el recelo que expresa el lonko de una de las comunidades tradicionales de la isla grande para con este particular “vecino”, que no halló nada mejor que bautizar su parque con el nombre de aquel tratado.

José Neún Güenteo (32), lonko de la comunidad williche de Weketrumao, contó en febrero de este año a El Ciudadano el otro relato, el que no se escribe en conservadores de bienes raíces, ese que no se fija en el monto de las transacciones financieras y que no aparece habitualmente en los diarios. Una historia con amenazas de muerte, destrucción de espacios ceremoniales y abusos por parte de los únicos que llegan allá en helicóptero.

-¿Cómo partió el problema de las comunidades con Piñera?

-Sería el año 2008 cuando la comunidad tuvo un conflicto por oponerse a la inauguración del parque Tantauco. La comunidad hizo un pequeño levantamiento a la entrada del parque, que queda a la altura del lago Colpué. Como Piñera vino a la inauguración que se hizo en el lago Chaiguata, la comunidad se movilizó -eso está registrado en el diario La Estrella de Chiloé– y se organizó todo el tema, se expuso la visión del porqué nosotros estábamos en oposición al parque Tantauco y armamos un equipo para hacerle el control a los turistas e informarles.

-¿Cuál fue la reacción de Piñera?

-Nos acusó por medio del diario de que éramos un grupo minoritario y poco menos que terrorista, que estábamos interrumpiéndole la inauguración de su parque y que no teníamos fundamentos.

-¿Qué hicieron?

-La comunidad me eligió cacique. Tenía que haber cacique sí o sí, porque una comunidad sin cacique no es comunidad. Esta es una comunidad que conserva la autoridad tradicional por años. El cacicado nace desde el año 1700 en Chiloé; están los registros que muestran que había caciques en esa época, y hasta los días de hoy. Son pocas comunidades que los conservan, pero la comunidad fundo Weketrumao es una.

-¿Qué edad tenía?

-Tendría entre 25 y 26 años, porque ahora a esta altura yo ya tengo como 32 años. Entonces se empezó todo el trabajo, se buscó una solución alternativa al tema. Logramos en esa época, con otras comunidades, parar la inauguración. El señor Piñera no inauguró acá por temor y fue a inaugurar el parque a Valdivia. Cuando los turistas llegaban para la inauguración en el lago Chaiguata nosotros los hacíamos volver, les entregábamos un volante y les mostramos los títulos usurpados por parte de Piñera y sus secuaces anteriores.

Hasta el día de hoy llevo la autoridad de cacique de la comunidad, pero pasé momentos muy difíciles. Me amenazaron con que me iban a matar; a lo mejor es un poco para no creerlo, pero a esa parada llegamos. Los ricos no me amenazaron, pero buscaron personas que a mí me conocían y me amenazaban por teléfono, por ahí recibía las amenazas. Me mandaban a amenazar, que me cuide, que no será hoy día ni mañana, pero que pasaría.

-¿Las amenazas tenían que ver con el conflicto por las tierras?

-Sí, tenía que ver, porque detrás de eso también estaba el alcalde [de Quellón] Iván Aros, de Renovación Nacional, que sigue en el puesto. Él me conoce muy bien, conoce donde vivo, conoce el movimiento de la comunidad. Hay gente que también los compran por plata, porque no todos tenemos una misma visión. Si hay gente que tiene visiones diferentes, se puede vender hasta por un pedazo de carne que le cuezan y le den, y puede ir a hacer una maldad.

Esto llegó a Investigaciones, estos gallos que le dicen la policía de la SIP. Empezaron a investigar por teléfono, de repente recibo llamados de ellos citándome a la Comisaría para ir a declaraciones, cuando uno sabe que realmente las citaciones legales tienen que llegar vía escrita. Después llegamos a saber que mi teléfono estaba interceptado por ellos, me estaban haciendo un seguimiento sobre las llamadas y todos los teléfonos de la gente con la cual estábamos trabajando y tuve que retener el número por un tiempo y cambiar la visión y empezar a trabajar de otra forma, para poder calmar el asunto. Pero ya pasé lo peor y acá estoy, todavía no me han matado, ya han pasado cuatro años y hasta me he encontrado a los mismos tipos que mandaron a matarme y nunca me han hecho nada.

MAPUCHES “TERRORISTAS”

-¿En qué está actualmente el conflicto?

-El parque está funcionando; Piñera nunca quiso reunirse con nosotros. Lo invitamos como comunidad y a la vez lo invitamos como Consejo de Caciques, que es la organización más antigua que existe en la isla, que lo lideraba el finado Carlos Lincomán, cacique mayor en esa época. Él, antes de morir, convocó a Piñera a reuniones dos veces por el tema de tierras, más que nada para buscar una salida al tema, pero Piñera nunca quiso negociar con el cacicado en Chiloé. Lo único que hizo fue usar la persecución o la presunta compra de tierras: Apuntó a los indígenas, que aquí en Chiloé había cuatro o cinco terroristas que eran los líderes principales del terrorismo y eso está publicado en el diario La Estrella de Chiloé. A don Carlos, que es anciano, lo acusaron como el principal líder del terrorismo y a los cómplices, como el anterior cacique de Weketrumao, Fidel Raín, como el presunto terrorista de la comuna de Quellón.

-Ahora que Sebastián Piñera es Presidente ¿Es más complicado o puede ser más favorable?

-El Parque agarró vuelo cuando pasó él a ser Presidente. Afuera pinta todo muy bien; uno todos los días le hace seguimiento por las noticias. Ahora, cuando viene a pasar sus vacaciones, sus días, trae su equipo de políticos que tiene.

-¿Llega en helicóptero?

-Claro, porque por carretera no se anima a pasar. Sabe que el tema del parque Tantauco y las comunidades está ahí no más. Nosotros hemos mandado infiltrados dentro del parque a sacar información. No hace muchos días estuve, me infiltré, me hice pasar por otra persona e ingresé al Parque Tantauco, al inicio del parque no más, del portón hacia el lado de Yaldad. Nos encontramos con tremendas barbaridades que está haciendo: Construyó cosas encima de sitios arqueológicos que están en la ribera del lago Yaldad, donde hubo gente antigua que dejó sus marcas, sus palos caídos, su centro ceremonial de las comunidades de otra época. Los centros ceremoniales son algo sagrado y construyeron unas tremendas pasarelas sobre esos espacios.

-¿Qué objetos arqueológicos encontraron?

-Encontramos un ‘fuentón’ de unos 50 centímetros por más o menos… 20 a 30 de ancho, que fue como un sistema de plato así, cavado en hacha y que tiene mucha antigüedad, y ese está ahí en medio monte. Encontramos otro aparato similar y palos así como caídos que datan de harta antigüedad; los cortes de hacha se notan todavía un poquito. Luego supimos que era un sitio ceremonial ahí, donde se juntaba esta comunidad con la de Yaldad, Waipulli y Cucao, cuando salían a recorrer sus tierras y se encontraban casi en los límites y tenían su espacio donde descansaban y hacían su oración. Allí, el señor Piñera hizo una pasarela. Y por la mitad del centro ceremonial se está construyendo una casa que será un centro de información, donde va a tener todos sus sistemas de computadores, cuanta cosa.

Entonces, cuando el señor Piñera dice en su discurso presidencial que él sí está respetando a las comunidades indígenas es mentira, porque acá en Chiloé no las respeta. Aquí en Chiloé no hay indígenas para él.

-¿Mientras Piñera sea Presidente es adecuado hacer movilizaciones?

-Esperaremos que termine su mandato…

Con otras comunidades estamos en contra de esa ley que aplica: La ley Antiterrorista. Acá en Chile no hay ningún terrorista, los mapuche no somos terroristas, nosotros estamos reclamando lo que el Estado hizo, y si los ricos se ven tan afectados, que le exijan al Gobierno, porque es el Gobierno el culpable. Acá, empezando desde el Presidente, que dentro hizo un complot de autoridad, ellos son los culpables, ellos buscaron como se dice la pelea al fin con la misma gente y muchas veces los particulares se agarraban con nosotros. Pero nosotros decimos que es el Fisco, nosotros siempre hemos apuntado al Fisco, al Gobierno, porque el Gobierno fue el que le entregó las tierras, y las entregó muchas veces sabiendo que ahí vivíamos hace cientos de años.

-¿Cómo comprueban eso?

– Como le digo… acá en nuestra comunidad recibimos el título de realengo el año 1823 y el año 1826 se hizo el tratado internacional de Tantauco, acá en Chiloé, y que todos esos títulos que se entregaron quedaron amparados bajo ese tratado. El año 1826 se entrega la isla a Chile, que se compromete a respetar los 13 o más artículos que tiene ese tratado. Quizás en alguna ocasión o pasando los años, podían hacer algún tipo de modificación, pero ese tratado debía estar presente.

Un monolito o evidencia que se instaló en la comuna de Ancud sobre ese tratado fue destruido por el mismo Estado, por Obras Públicas. Cómo sería que ni eso fue capaz, el Gobierno provincial, de resguardarlo, porque ese es un patrimonio más de nosotros, donde ahí está la evidencia de la época antigua.

Hoy día, como le digo yo, del año 1900 se viene esto, y las tierras en que estamos aparecen a nombre del Fisco, entonces ¿Qué pasa con el título real reconocido por los españoles?

-Se avizora una lucha larga…

-Hasta que el mundo sea, hasta que el mundo finalice, hasta conseguirlo, porque no nos queda otra; si nuestros antiguos lucharon, vivieron, ellos siempre decían y lloraban muchas veces porque decían “nosotros tenemos el título real de nuestra comunidad y el Gobierno ahora no lo hace valer”. Eso decían: “Nuestras tierras son nuestras tierras y tenemos que defenderlas, si es necesario dar la vida la vamos a dar, porque son nuestras tierras; aquí estuvo mi bisabuelo, mis tatarabuelos pasaron por acá, pasó mi padre, que ya falleció, y quedan sus semillas que somos nosotros, y nosotros tenemos que seguir luchando y exigiendo al Gobierno la devolución de las tierras, y vendrá el resto detrás. Lo único que nosotros sabemos hacer acá es inculcarles a los hijos que la tierra no se vende, la tierra es para trabajar, nosotros vivimos de la tierra. Esta madera de esta casa, es toda madera de nuestro bosque; sembramos la papa, plantamos un árbol y ya tenemos manzanas; plantamos una fruta y ya tenemos frutos para comer.

-Algo muy diferente a quienes no tienen tierras…

-Claro, un tiempo pasamos por la frutería a buscar ciertas cosas cuando aquí ya no da, pero como ahora viene el tiempo de la manzana ya tenemos una fruta de aquí a marzo. No andamos comprando, tenemos papas, si sabemos sembrarla vamos a cosechar bien; tenemos animales, ovejas, de todo tenemos un poco, tenemos maderita, tenemos agua…

-Pueden vivir en autosubsistencia…

-Sí, sobre todo ahora que han llegado los vehículos, ha llegado más la comodidad y uno puede vivir más cómodo: Uno va a la pesca, si aquí yo estoy cerca del mar; va, lleva una red, un bote o una lienza a pescar por la orilla y así trae algo para la olla, vive de eso. Por lo menos yo, legalmente, transparentemente, yo vivo así, yo no ando detrás de las empresas, no soy contratado, soy independiente, yo trabajo en la peguita que puedo hacer…

EN HELICÓPTERO O POR TIERRA

-La caleta de Inío es presentada como ejemplo de la buena convivencia en el Parque y las comnidades. ¿Qué pasa realmente allá?

-Allá Piñera aplicó sus secuaces y tiene encargados de la oficina del parque en Quellón, como Alan Bannister-, que es el mentiroso principal de la Fundación Futuro. Prometió muchas cosas a la gente de Inío. Dijeron ‘venimos a informarles que desde hoy día ninguna persona, aquí en Inío, puede ingresar al monte a sacar un palo, porque las tierras desde hoy día pasaron a ser de la Fundación Futuro’. A cambio prometieron títulos de dominio y que se iba a respetar los terrenos, pero hasta el día de hoy cero título. El cuento de siempre, nos dicen que Piñera está muy preocupado por nosotros y usted sabe que hay gente demasiado humilde que cae en el juego; creyó todo lo que le dijeron, pero lamentablemente no fue así. Un grupo de personas de Inío trabajan para el Parque, pero el resto es puro personal de fuera. También dijeron que iban a entregar un camino que se iba a conectar desde la Ruta 5, entrando desde el kilómetro 14, pasando por el lago Yaldad. Como la única forma de llegar a Inío es por lancha desde Quellón, la gente apoyó. La gente dice que los hicieron firmar muchos papeles, pero lamentablemente se hizo mal uso de las firmas y se presentaron como que eran de apoyo al parque; no, fue para el camino. La gente llegó y firmó, no leyó. Hoy día la comunidad histórica de Inío, más que estar viva, está muerta. Nosotros le decimos que es la comunidad del parque Tantauco, porque en alguna ocasión dijo Piñera que dentro de su parque iba a formar un pequeño grupo que se iba a llamar comunidad indígena y que iba a poner unas cabañas y que iba a vestir a los indígenas como antiguamente eran vistos.

-¿Han tenido contacto con ellos recientemente?

-Es muy difícil llegar allá, son varias horas de lancha para poder ir y volver. El único que aquí se maneja tranquilamente es Piñera y su helicóptero y aviones, y cuanta cuestión, porque tengo entendido que estaba haciendo, de Inío más al centro, una pista de aterrizaje de aviones. Y como nosotros, la gente de acá no tenemos dinerales para tener un helicóptero, tiene que andar como pueda nomás; así está el asunto en Inío.

Por Cristian Sotomayor Demuth y Mauricio Becerra Rebolledo

Fuente: El Ciudadano (19.12.2011)

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