¡Fill püle powüpe ta fa!


Fotografía: El Pingüino

Chile ratificó en 2008 el Convenio 169 de la OIT, siendo el último país de América en suscribir este acuerdo, adoptado en 1989, para promover el acceso igualitario a derechos de los pueblos indígenas.

El pasado martes, en la sede de la ONU en Nueva York, se celebró la décima séptima conmemoración del día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, organizada por el Secretario del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas DSPD/DESA, el Departamento de Información Pública del organismo, y el Comité de las ONG del Decenio de los Pueblos Indígenas del Mundo.

En Puerto Williams, Provincia Antártica Chilena, vive Cristina Calderón, única hablante de la lengua Yagán y última testigo de su tradición indígena, representando un caudal de sabiduría y conocimiento invaluable. Por este motivo, fue considerada entre las 50 mujeres protagonistas del Bicentenario de la República de Chile, Hija Ilustre de Magallanes y Antártica Chilena, y Tesoro Humano Vivo, por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en el marco de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial. En ella han recaído estas insignias, como reconocimiento moral, ya que en Magallanes la historia de los pueblos originarios está escrita con episodios lamentables de persecución y genocidio, rapto y zoológicos humanos, enfermedades y aculturación. Debido a esto, de las cinco poblaciones indígenas que existían al momento de la colonización, hoy sólo quedan dos: el pueblo kawésqar y el pueblo yagán.

En tiempos modernos, llegarían también una gran cantidad de migrantes de origen mapuche huilliche. En efecto, según cifras de la Corporación Nacional Indígena (Conadi), actualmente Magallanes es una de las regiones con mayor nivel de auto-identificación indígena del país, con 22 mil personas acreditadas. De ellos, sólo 358 personas pertenecen al pueblo kawésqar, y 115 personas al pueblo yagán.

Chile ratificó en 2008 el Convenio 169 de la OIT, siendo el último país de América en suscribir este acuerdo internacional, adoptado en 1989, para promover el acceso igualitario a derechos de los pueblos indígenas. Sobre dicho acceso el director regional de la Conadi, Nelson Aguilera, comentó a Diario El Pingüino que “la discriminación tiene que ver con impedir que una persona ejerza libremente sus derechos ciudadanos. Y existe especialmente en condiciones laborales, cuando indígenas han sido castigados salarialmente o restringidos en su acceso al trabajo, debido a su condición”.

De acuerdo al funcionario y antropólogo, no se ha sido justo con nuestros pueblos originarios. “Aquí se piensa normalmente que la diversidad es una complicación y que los indígenas son un estorbo al progreso. Nada más equivocado, hay un conocimiento que muchas veces ignoramos y que dan respuesta a muchos desafíos, desde la filosofía humana, hasta la ciencia y la técnica”, argumenta.

Estas poblaciones además, tal como supieron por ejemplo adaptarse hace seis mil años al entorno, navegando con canoas de madera por los fiordos y canales de este extremo destino, fueron para los colonos la mejor evidencia de que sí, se puede vivir acá.

Fuente: El Pingüino (11.08.2011)

Tamün srakisuam
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