Fotografía: Familia Coñuecar | N.M.Ñ.
Un conflicto legal del estado chileno y sus decreto afecta a la familia Coñuecar de Puerto Montt y que por estos días tiene Marisol Coñuecar con una orden de desalojo de las tierras que ha heredado de sus ancestros.
Según consta, en el juzgado civil de Puerto el 07 de Julio de 2015, se interpone una medida precautoria para impedir que se lleve adelante la medida judicial y se anule la determinación, recordemos que Marisol Coñuecar vive actualmente en el Lote 8-A, que consta de 13,34 hectáreas en la provincia de Llanquihue.
El flagelo legal que lo tiene ad portas del desalojo proviene de un contrato de compraventa ejercida por el demandante que, según CONADI, sería una hijastra del padre de Marisol que no cuenta con ningún lazo sanguíneo pero que, por determinación del progenitor decidió ceder sus derechos a la hijastra dejando afuera de los beneficios a la hija que en adelante sería Marisol Coñuecar. En tanto de Puerto Montt organizaciones que apoyan a la familia intentando impedir el desalojo se amparan en que el terreno “tiene la calidad tierra indígena, ello en conformidad con los artículos 2,12 N°1 letra d)y 13 de la ley 19.253”.
Desarrollo de la espiritualidad
De acuerdo a las versiones de las organizaciones, en el lugar se han desarrollado encuentros que han permitido el desarrollo espiritual de la comunidad “desarrollamos activamente nuestras costumbres ancestrales mapuche-williche, rogativas, está el rewe, así mismo desarrollamos juegos ancestrales como el palin y el linao y año a año se celebran txawunes al aire libre con miembros de otras comunidades mapuches” expresan.
Fotografía: palitun realizado en el lugar | N.M.Ñ.
Además recuerdan que, de acuerdo a la orden ancestral y sus normas, los mapuche williches serian los únicos encargados de definir lo que ocurre en el territorio mapuche williche del fuatwillimapu “la nación mapuche y la tierra es de nuestros antepasados y nosotros somos herederos de las tierras y cuando se hablas de las tierras se habla del territorio” admiten desde Alerce.
Hasta ahora la orden no se ha cumplido pero la familia que sostiene y vive en el lugar afectado ha sido hostigada por carabineros y receptores judiciales “han llegado varias cartas con órdenes de desalojo, amenazas con presencia policial han destruido cerraduras, puertas, ventanas violando su privacidad domiciliaria” exclaman.
Por Nelson Mancilla Ñancuante