Fotografía: Festival Regional Folclore Campesino l Futawillimapu
El palin es el más ancestral de nuestros deportes mapunche, hoy conocido como “la chueca”, que sigue tan vigente como hace infinidades de centurias, y que en el pasado remoto comenzaron a practicar los abuelos de nuestros abuelos, como una manera de entretención, también para zanjar conflictos entre clanes, y/o la estricta preparación para la guerra donde la destreza, la habilidad, la velocidad y la fuerza se compaginaban en una sola acción para dotar al jugador con todas las características de un verdadero weichafu o kona preparado para enfrentar a cualquier contendor o rival. Pero además, esta preparación tenía un potente objetivo que era la preparación o entrenamiento en equipo, en que cada jugador tenía su rol definido y claro, según edad, estatura y estructura corporal.
Con el correr del tiempo, con la llegada de otras culturas, también llegaron otros deportes, otras entretenciones, sin embargo, el palin ha logrado sobrevivir, quizá uno de los principales competidores haya sido y es el futbol, pero eso no ha sido impedimento para mantener la práctica de la chueca o palin en las comunidades costeras de la provincia de Osorno, en la Unión o en la sureña comuna de Fresia.
La historia es bastante esquiva para saber de muchos de los vaivenes que ha tenido el palin, como deporte o juego que fue practicado solo por mapuches, luego por españoles y criollos, llegando a realizarse grandes torneos, acompañado de bacanales fiestas donde el alcohol se apoderaba durante varios días, razón por la cual las autoridades de la época prohibieron el juego de la chueca.
Uno de los primeros registros escritos del juego del palin, también conocido como chueca, viene del capellán e historiador español Diego de Rosales, a mediados del siglo 17, que dice que “Los mapuche disfrutaban apostar en los juegos de palin, lo cual llevó a una larga prohibición del juego por parte de los españoles en el siglo 17, ya que la iglesia prohibía las apuestas”.
Sin embargo, por otra parte: “Era su oráculo, dice el estudioso del palin Carlos López Von Vrieesen. Y agrega: “Además, este juego era importante para la formación de un buen guerrero, quien requería una excelente condición física. Era una verdadera escuela para formar el carácter viril. La preparación del jugador exigía también ayuno y castidad. El ideal del joven mapuche era llegar a ser un famoso guerrero y un destacado jugador de palin”.
El palin fue condenado también, en ciertos momentos en nuestro territorio sur, como un juego sumamente brusco y peligroso para sus cultores, se prohibió su práctica en los colegios y en recintos deportivos precisamente por la brusquedad y las lesiones que se producían los jugadores al efectuarse el juego, inclusive carabineros requisaba los wiño a alguien que los portara. Pero los más antiguos decían: “los que saben jugar no se hacen heridas ni lesiones”. “Eso ocurre cuando no se sabe jugar o solo ocurre cuando alguien lo hace de adrede, y no por el juego mismo”. Porque cada jugador tiene su contrincante o pareja con el que le corresponde hacer su mancorna en el juego, en su espacio y tiempo, por eso es “un equipo” en que cada uno tiene y cumple su rol dentro del campo de juego. “Antes cuando jugaban, la bola podía permanecer varios minutos en la cancha, antes que le dieran un witro (que sea golpeada por un jugador con su wiño), porque estaban todos mancornado con sus chuecas” decía mi abuelo cuando se refería al juego en sus tiempos. “Hoy día todos se amontonan dando palos por todos lados, por eso se lastiman”, concluía finalmente.
Así hay varios componentes culturales que se han perdido en todos los ámbitos de la cultura y el saber mapunche, en la chueca ha sucedido lo mismo, partiendo por el mismo nombre del juego en este territorio. Hay quienes afirman que se llama “chueca” desde antiguamente, otros también dicen que se llamaba “folatun”, ambos conceptos obviamente no tienen un fundamento histórico lingüístico mapuche propiamente tal. El concepto “chueca” fue una palabra que utilizó el español para referirse a un bastón – el wiño o weño – con una curvatura en uno de sus extremos, “una vara chueca”. Y el término “folatun”, es una mapuchización de la palabra “bola”, como: “bolatun” o “folatun”, como muchos otros conceptos o palabras, tales como: waka, mansun, kawello, simun, alfisra, etc.
Pero la desviación conceptual más importante se da en el nombre del juego, al definirlo como el “juego o deporte de la chueca”, porque la raíz de esta disciplina ancestral está dado en el concepto mapuche de “el juego del pali o palin” nombre que se le da a la bola, “el juego de la bola”, y no así como el juego del wiño (bastón curvado) o chueca. Entonces existe un error conceptual importante de la esencia misma del juego o deporte mapuche.
Fotografía: Encuentro Palin San Pablo Costa l Gabriel Carvajal
Junto con esta pérdida conceptual, también hay otros olvidos, como los nombres de los jugadores, la estructura del juego, los espacios de la cancha o paliwe, los ritos y/o ceremonias, y así otros elementos componentes del juego. Los nombres que se mantienen todavía en el Futawillimapu, solo quedarían dos palabras y que son el “taku” y el “inaleftu”. Todo lo demás está en castellano, como el nombre que se le da al punto ganado “la raya”, que se deriva de la marca que se hacía antiguamente en el suelo, cuando no había una libreta para anotar. Los nombres de los jugadores: el “hoyero” y el “puntero”, y hasta algunos concepto en inglés que se usan actualmente, como el “laiman”, refiriéndose a los guarda líneas o asistentes de cancha.
Por ende hay una tarea importante de re-crear o reparar la memoria lingüística para enriquecer nuestro kimun mapunche. Existen algunos trabajos realizados por lamuen y peñi que han ido reconstruyendo y compartiendo poco a poco estos saberes ancestrales. No es tarea fácil, pero lo importante es que exista el interés de hacerlo y que también los demás nos interesemos para que estas sabidurías se recuperen y se compartan y se establezcan como parte del lenguaje cotidiano nuestros de cada día.
Saludamos y destacamos a todos los cultores de esta disciplina de nuestros territorios, a los actuales y aquellos que ya partieron al Ka Mapu, a los jugadores de los distintos equipos, a los clubes, sus dirigentes, a los seguidores y a quienes los apoyan y difunden. Así destacamos en este sencillo y autogestionado medio de comunicación online como es www.futawillimapu.org, a los encuentros, campeonatos que se realizan en nuestra zona.