Fotografía: Graciela Huinao
DESDE EL FOGÓN DE UNA CASA DE PUTAS WILLICHE.
DE GRACIELA HUINAO. Por Javier Milanca
Nütram del despojo y la resistencia.
Cuan duro lanzarse a la escrituración del mundo Mapuche y sobre todo borrar con letras los códigos esenciales del Nútram, gulam y Epew- Oralidad esencial,. En ese trasvasije desde el narrador- conversista, forma única y preestablecida de contar y narrar, ocurre que se van cayendo gotas de lo esencial y como dicen, lo que se contó una noche ,no puede ser contado de la misma manera todos las noches. Algo simple de entender pero de mucha relevancia cuando se contrasta con la permanente y hasta imborrable palabra escrita.
Pero ya tomados todos los resguardos, existe un gran aluvión de literatura Mapuche que tomando diversos caminos se convierte a mi juicio en el mayor aporte a la literatura Global chilena desde los 80 hasta los días de hoy, desde ese río se forma un delta de impensados y favorables desbordes, incluso, óiganlo bien los acostumbrados a las rigurosas clasificaciones, la poesía Mapuche no sólo es aquella escrita en Mapuzungún, la literatura mapuche es la que hacen los mapuche, así de simple.¡¡ Chúpense ese Chupón!!.
De ahí nos saltamos a la narrativa, cuestión que torna más compleja aún la escrituración pero que abre una nueva ventana y viene a caer también como muday fresco sobre la narrativa Global chilena, me atrevo a decir. Si bien hay intentos por novelar el tema Mapuche desde el conflicto, desde la injusticia, (porque eso si que da para novelas en todas las realidades) también se ha querido ir más allá. La Novela “Ranquil” de Reynaldo Lomboy es una especie de Raza de Bronce del Arguedas boliviano. Por nombre está la novela “Kalfukura” de Jorge Baradit, y por supuesto “Cherrufe” de Mariela Fuentealba Millaguir. Nota aparte merecen “El lento silbido de los sables” de Patricio Manns que entrega una potente epopeya y tal vez sea uno de los registros más dramáticos de la Mal llamada Pacificación de la Araucanía. Y merecimientos tienen por supuesto la novela del levantamiento mal Llamado (otra vez) Desastre de Curalaba por la historia clasista patronal y que desde el punto de vista Mapuche se debe llamar la Victoria de Curalaba, me refiero a “Butamalón” de Eduardo Labarca y “El Último Malón” de Gonzalo Bisama.
Ahora aparece “Desde el fogón de una casa de Putas Williche” Novela de la constante e intensa buscadora Graciela Huinao, en donde plasma con una voz inconfundible una historia terrible de devastación, de pérdida, de búsqueda y resguardo de los Mapuche, en este caso puntual Williche Lafkenche de Chawrakawin (Osorno). Son muchos los estudios, las tesis, los papers, que hablan, registran, cuantifican el fenómeno disgregador de la Diáspora (La huída forzada de la Mapu de la gente de la Tierra), y en esa diáspora la meta es la Futa Warría de Santiago. Pero existe otra diáspora menor, igual de terrible, que tiene que ver con el despojo y la huida cerca, al lado, en la casas vecina donde el usurpado amanece convertido en peón del usurpador, en invasor de lo propio. En un extraño en su propia Nación.
Graciela Huinao continúa la senda en la técnica de “La nieta del Brujo”, un volumen de cuentos de notable factura entre los que destaco La Gitana del Tabón que merece aparecer en cualquier antología que se haga sobre narrativa en Chile. En esta oportunidad recorre la vida de un particular refugio en donde el sexo mercenario constituye un defensa ante la invasión y sobre todo un consuelo del desarraigo, donde extrañamente viene a ser el burdel la matriz procreadora y que resguarda las experiencias. Una constante de la vida y de la literatura es como burdel viene a ser un sinónimo de protección y resistencia.
Fotografía: Graciela Huinao
Las mujeres dueñas de sí mismas, y en particular la “Trompa de Pato” se convierten en matriarcas fundacionales al llevar firme las banderas de su voluntad, de su cuerpo, de su cultura. Entregan cariño, sexo profano en medio de la orfandad y se transforman en madres protectoras de los Wentru confundidos, que ven como se construyen poblaciones en el territorio sagrado de los cementerios y como estas matronas Williche van convirtiendo un burdel en un resguardo de las palabras de los signos y de los códigos prohibidos y mal mirados fuera. Podría ser insolente, hasta oprobioso pero desde el título no se aceptan eufemismos porque en el despojo chileno en tierras Williche no tuvo contemplaciones Es una novela con dejos de picardía y guiños iniciáticos, una Casa de Bernarda Alba fantasmagórica a través del despojo y la soledad. Hay escenas que hablan de hombres gritando desgarradoramente en la noche, buscando la Ñuke Mapu entre las casas, las bodegas, las industrias precarias, en la fundaciones primigenias de lo que sería el gran barrio Rawe de Osorno.
Se nota la poeta en esta historia. Las mujeres son duras en la refriega de la vida, pero tiernas y decisivas al momento de defenderse y defender los suyos. Se entiende esto de que el placer sagrado es un rito de defensa, de subsistencia y en lo Williche reafirma la resistencia.
Un gran logro de Graciela Huinao y un aporte a las letras esta novela de personajes entrañables e inmensos. En lo personal es grato recordar una canción de pegajosos estribillo que mi abuelo cantaba y repetía con picarona risa “…Y zorra con zorra se daban” canción que está en el libro y que mi abuelo recordaba con cariño a lo mejor de alguna estadía suya en una casa de putas Williche.
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