Fotografía: El presidente chileno Sebastián Piñera se ha negado a dar audiencia a las autoridades tradicionales de la Fütawillimapu | Internet
Una inminente bofetada a las comunidades mapuche williche será el decreto del gobierno de Sebastián Piñera que crea «reservas de agua indígenas», medida que se presenta como la gran solución al conflicto por el agua pero que sólo es un distractivo destinado a crear división y confusión, mientras empresas se apoderan de los derechos de agua para instalar centrales hidroeléctricas en la Fütawillimapu.
A fines del 2011 la comunidad Maicolpi de San Juan de la Costa puso en evidencia la avalancha de solicitudes de derechos de aprovechamiento de agua con fines hidroeléctricos y comenzó un proceso de defensa territorial, al que se han sumado las comunidades directamente afectadas por esta nueva arremetida depredatoria, comunidades caracterizadas por vivir en un entorno casi intocado por la mano destructora de la sociedad occidental y por ser las principales preservadoras de la herencia ancestral mapuche williche.
Esta defensa territorial, no exenta de dificultades, se ha materializado en gran cantidad de reuniones, traftun, marchas y presión comunicacional, siempre guiadas por la firme convicción de generar un diálogo de verdad con el Estado de Chile para hacer valer derechos justos y la dignidad de un Pueblo.
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SOBERBIA Y SORDERA
Si bien desde un principio las comunidades, autoridades tradicionales y dirigentes han buscado el diálogo, de parte del gobierno de turno sólo ha habido un afán de imponer medidas de forma unilateral e inconsulta, maquilladas como grandes soluciones a través de los medios de comunicación, y tratando de conseguir su aprobación a través de reuniones a las que no se convocan a las comunidades directamente afectadas.
Una de las primeras demandas realizadas por nuestras comunidades fue la aplicación de la consulta en la tramitación de solicitudes de derechos de agua por parte de la DGA, escudándose el director regional de la DGA, Miloslav Gardilcic Molina, en que el decreto 124 de 2009 (promulgado en el gobierno de Michelle Bachelet) impedía legalmente la consulta. En este punto es necesario agregar que en la actualidad el Departamento de Administración de Recursos Hídricos de la DGA está tramitando el permiso para la aprobación construcción Obras Hidraúlicas (bocatoma) presentada el año 2007 por la empresa Pilmaiquén S.A. para su proyecto Central Hidroeléctrica Osorno, por lo que si se aprueba dicho permiso, será el Estado de Chile quien destruya el complejo religioso mapuche williche Kintuantü… ¿Y dónde estará entonces el respeto a las «etnias indígenas»?
Fotografía: Miloslav Gardilcic Molina, Director DGA Región de Los Lagos | Fütawillimapu
Otro de los pasos del llamado «conducto regular» fue la redacción de un documento con toda una argumentación histórica, socioeconómica, política, cultural-espiritual, ambiental y jurídica para que el 100% de los caudales de los ríos que dan vida al territorio mapuche estuvieran en manos de nuestrass comunidades para su protección. Dicho documento se elaboró a sabiendas de que nadie se iba a tomar la molestia de leerlo (ver link), pero con la insistencia en llamar a un diálogo que permitiese llegar a una solución de verdad.
Consecuencia de la defensa territorial se otorgaron recursos para que las comunidades pudiesen efectuar oposiciones a las solicitudes de las empresas hidroeléctricas y particulares, gran parte de las cuales han sido satisfactorias, además de financiar solicitudes cuyos caudales sólo bordean los 10 L/s como máximo (ver solicitudes de las comunidades aquí)… Una leve mejoría que no resuelve para nada el conflicto.
Necesario destacar que los Apo Ülmen, dirigentes y las comunidades mapuche williche directamente afectadas han solicitado audiencia con el presidente en dos oportunidades durante octubre del año 2012, mediante sendas cartas canalizadas a través del gobernador de Osorno, Rodrigo Kauak, y mediante el ex intendente, Juan Sebastián Montes. En ambos casos, no hubo voluntad política para hacer ver al ejecutivo la urgente necesidad de la realización de esta instancia de diálogo para lograr el respeto a nuestros derechos colectivos y para prevenir futuros escenarios de confrontación.
En lo que respecta a aspectos de carácter cuantitativo, en una de las presentaciones realizadas por el director regional de la DGA, se explicó que para el caso de las 5 comunidades del valle de Punotro, basándose en datos del Censo Agropecuario de 2007 e información proporcionada por estudios del INE, se determinó que la reserva de agua «indígena» para satisfacer los consumos humano, animal y predial ascendía (con cifras abultadas) a 39 L/s.
Veamos: el caudal anterior, que por cierto no considera derechos ni usos ancestrales y actuales del Pueblo Mapuche, no se compara con el caudal que necesita una minicentral hidroeléctrica de pasada pequeña (1 MW), que con un desnivel de 100 metros entre el punto de captación y restitución, requiere 1.000 L/s para funcionar. A lo anterior, sumemos que el río Quihue (en el valle de Punotro) está siendo solicitado actualmente por Gestión de Aguas y Generación S.A. (76.671.000-K) con un caudal no consuntivo de 4.000 L/s.Anteriormente, otras empresas y personas en forma particular han solicitado derechos dicho río con caudales por sobre los 2.500 L/s (rechazadas por la DGA gracias a las oposiciones realizadas por las comunidades), lo que demuestra que el Quihue tiene un gran caudal.
Entonces, aunque la reserva «indígena» fuese 3 o 4 veces más grande que la calculada por la DGA, ¿Se evitará con esto la llegada de hidroeléctricas a Punotro? No. Lo mismo ocurre para el resto de los ríos con solicitudes de derechos no consuntivos.
Al parecer ni argumentos sencillos y claros como el anterior quieren ser oídos por la DGA regional, Conadi, la gobernación de la provincia de Osorno y el poder ejecutivo.
DIVIENDO A LAS COMUNIDADES Y CONFUNDIENDO A LA OPINIÓN PÚBLICA
Importante mencionar que a través del futuro, unilateral e inconsulto decreto de reservas de agua «indígenas» se pretende generar división y confusión.
En el primer caso, ciertamente hay grandes zonas de nuestra Fütawillimapu en donde el agua escasea, pero la creación de reservas no es la solución a este problema. No hay que perder de vista que (1) los procesos de usurpación y arrinconamiento que hemos sufrido históricamente han llevado a que nuestra Ñuke Tue se encuentre erosionada y que nuestras familias perciban gran parte de sus ingresos a través de la venta de leña; y (2) uno de los grandes flagelos en la actualidad es la invasión de las forestales, cuyos monocultivos de pinos y eucaliptus están secando nuestra tierra.
En consecuencia, oponerse a las reservas de agua «indígena» no es ir en contra de aquellos hermanos a los que hoy se les ha negado el agua por la usurpación amparada en la legislación chilena, pues para la constitución de dichas reservas sólo puede darse en donde hay solicitudes de derechos NO consuntivos, es decir, donde precisamente no escasea el agua.
Es por estas razones que la opinión pública se verá confundida al momento de constatar la oposición de un considerable número de comunidades a las reservas que supuestamente debieran solucionar «los problemas de agua» en territorio williche al mezclar dos problemáticas diferentes que, a pesar de la parafernalia, quedarán sin resolver.
INCIERTO FUTURO EN LA FÜTAWILLIMAPU
En la actualidad además del conflicto hidroeléctrico y la falta de agua, que se agravarán con la entrada en vigencia del decreto de reservas de agua «indígena», tenemos que considerar la amenaza cada vez más cercana de la invasión minera -con la aparición de nuevas concesiones y la llegada de los concesionarios mineros-, la agenda «indígena» impuesta por el gobierno de turno, y la que parece ser la inminente destrucción del complejo religioso mapuche Kintuantü por parte del proyecto Central Hidroeléctrica Osorno, nos llevan a la triste conclusión de que se aproximan escenarios de confrontación que son absolutamente evitables.
Las comunidades pueden demostrar que han agotado todas las instancias de diálogo… ¿Será necesario el enfrentamiento entre mapuche y la fuerza pública para que las problemáticas y demandas de nuestro pueblo sean tomadas en serio? ¿Tendrán que ponerse en riesgo vidas humanas para poder conversar sin imposiciones? ¿Será el GOPE el organismo estatal con el cual se dialogará nuevamente?
A continuación replicamos una publicación con el anuncio de la pronta firma del decreto que crea la figura de la reserva de agua indígena.
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Iniciativa que protege aguas indígenas ante proyectos industriales espera firma del Gobierno
Fotografía: José Pedro Vásquez | El Vacanudo
En su etapa final, cerca de concretar, se encuentra la creación de la reserva de agua indígena anunciada por el Gobierno el pasado año, luego de que emergiera la oposición de comunidades y organizaciones mapuche Huilliche ante la arremetida de empresas hidroeléctricas que hasta la fecha han elevado más de 150 solicitudes de derechos de agua en la provincia de Osorno.
Así lo informó José Pedro Vásquez, director regional de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) en la región de Los Lagos, quien afirmó que el estudio realizado por la Dirección General de Aguas se encuentra concluido, esperándose entonces la firma del decreto que cree la reserva de agua indígena.
La iniciativa buscar resguardar los caudales de agua en territorio indígena para el consumo humano, con el fin de evitar que se vea afectado por actividades productivas ajenas a la materia.
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De acuerdo a Vásquez, no existe una cantidad de agua determinada que deba reservarse, sino que es variable, dependiendo de la cantidad de personas que hagan uso de un afluente.
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La reserva de agua indígena espera entonces la firma del Presidente de la República, Sebastián Piñera, o de la ministra de Obras Públicas, Loreto Silva, quienes deberían poner la rúbrica en un breve plazo.
Fuente: BioBioChile (09.03.2013)