¡Fill püle powüpe ta fa!

Muchos autores que escriben acerca de la historia de los Mapuche nos dan cuenta de que la dinámica histórica de la Araucanía Central es muy distinta a la dinámica histórica de la zona Sur de Chile. El territorio Huilliche, que se ha definido como el territorio que va desde el río Toltén hasta la isla grande de Chiloé (Molina, 1998: 7), posee una diversidad no sólo a nivel histórico, sino que también posee una base relacionada con la subsistencia, la relación con la naturaleza y la construcción de paisajes diferente a la que se da en la zona de la Araucanía Central. Para objeto de este escrito, lo más importante tendrá que ver con las dinámicas históricas, como lo señalé anteriormente, las cuales son distintas a las de la Araucanía: primero, porque la pérdida de la autonomía de los Huilliche es en el siglo XVIII y la de los Araucanos es en el siglo XIX y segundo, por que la relación con el Estado es fundamentalmente distinta. En el caso de los Huilliche se establecen pactos de subordinación y en el caso de los Araucanos firmaron pactos de autonomía.

Los Huilliche realizaban alianzas con los hispano-criollos en sus territorios durante la expansión colonial desde Valdivia entre 1750 y 1820 (Vergara, 1999: 62-72), generándose una “apertura” producto de la presión ejercida por la expansión territorial del Estado Colonial en Valdivia. Entre este período de expansión del Estado Colonial, se establecen pactos como el “Tratado de las Canoas” el 8 de septiembre de 1793. Este pacto fue realizado en el Río Rahue, Osorno, y aunque se vea este pacto como sumisión, los Caciques Huilliche lo veían como una alianza. Esta “apertura”, la cual fue facilitada por las alianzas generadas entre los Huilliche y los Hispano-criollos, trajo consigo muchos colonos que comenzaron a poblar el territorio de los Huilliche, realizándose compras que comenzaron con un proceso de enajenación de las tierras Huilliches. Para el territorio del sur de Chile, Vergara no habla de “usurpación” de tierras, sino más bien habla de ventas legales que a su vez, eran acompañadas de ceremonias dirigidas por los Caciques, quienes decidían si se llevaba a cabo la “transacción Ritual” de los territorios. La “Transacción Ritual” fue un tipo de ceremonia fundamental para la confirmación de la autoridad del Cacique y del Español. En la época Colonial, los Huilliche realizaron muchas ventas de tierras, el Cacicado reafirmaba su poder y su autoridad mientras reconocía la importancia del Español. Un Cacique gobernador no servía como cacique si no era reconocido por los Hispano-criollos, es por eso que se establecieron muchas alianzas entre Huilliches y el Estado Colonial, lo que generó que en definitiva el rol del Cacique fuese el de mediador entre el Estado y su pueblo. A través de la “Transacción Ritual”, es decir, la venta de territorios, se establecía además una relación de parentesco ritual entre Huilliches y Criollos, dando cuenta de alguna manera el grado de confianza que se tenía el uno con el otro.

Esta fuerte relación entre Huilliches y Criollos y el impacto de las instituciones coloniales, así como el proceso de subordinación y alianzas, generó que se fuese perdiendo la autonomía política de los Huilliche a finales del s. XVIII. Como consecuencia, la ocupación de los Territorios Huilliche y con ello su reducción.

Los diferentes tratados realizados con los Huilliche y Araucanos tuvieron consideraciones distintas. Para los Huilliche, el Tratado de las Canoas trajo consigo consideraciones estratégicas y geopolíticas de protección de los dominios, que finalmente iban a ser desconocidos más adelante por el Estado Chileno. Para los Araucanos, la mal llamada “Pacificación” de la Araucanía se produjo por intereses principalmente económicos que llevaron a la derrota de los Mapuches de Araucanía Central. Estos dos momentos en la Historia de los Mapuche y los Huilliche son muy importantes para Vergara, ya que la capacidad de someter a los indígenas por parte del Estado Colonial tuvo especificidades en las distintas regiones, en este caso en la de la Araucanía, Valdivia y las pampas (Vergara, 1999: 70).

A partir de 1795, las personas más influyentes del sector comienzan a comprar territorios a los Caciques Huilliches de los llanos, ya que a los españoles les gustaban los llanos porque tenía mayor capacidad para ser explotados en agricultura y ganado. “La formalidad de las compras de tierras y el otorgamiento de los títulos era realizada por la autoridad española. A continuación, se da aviso de la compra al Gobernador para su autorización, la que era refrendada por el Comisario de Naciones y un escribano, otorgándole el título” (Molina, 1998: 25). El problema entonces que poseían los territorios Huilliche es que no poseían títulos, por lo tanto, la legalización de la venta y compra para los Hispano-criollos era un tema muy importante para proteger su derecho como propietario. Si bien la compraventa era legalizada por el Estado, los Caciques también tenían su forma de legalizar y reconocer una venta de territorio a un criollo. Se celebraban tratos con los caciques que comprometían pagos por la transacción de la tierra. A su vez, los caciques se hacían de mucha autoridad y poder frente a su pueblo, generándose cada vez una distinción de la clase entre un Huilliche cualquiera y un Cacique.

Según Molina “este proceso de enajenación y acaparamiento de tierras se fundaba en el intercambio de alcohol por tierras, siempre comprando al Cacique terrenos de jurisdicción ocupados por otras familias: en vista del manejo de los caciques e indios principales que para saciar su dominante pasión por la bebida privarían de todas sus tierras a los indios de baja esfera” (Molina, 1998: 29). Así, nos damos cuenta a través de lo que nos cuenta Molina, de que la relación del Cacique con su pueblo no era muy directa, sino más bien una relación muy marcada por el poder del Cacique, el cual decidía por su pueblo. Siendo el cacicado una institución, Mary Douglas diría:

Las Instituciones resuelven quien ha de salvarse y quien ha de morir. Dicho con mayor contundencia: el raciocinio individual no puede solucionar tales problemas. Una respuesta sólo se considerará correcta si sustenta el pensamiento institucional que ya existe en las mentes de los individuos cuando tratan de decidir.” (Douglas, 1996: 19)

En este caso, el Cacicado decidiría por su pueblo, según el raciocinio instaurado en las mentes de cada uno de los indígenas. Esto confirma que se reconocería la autoridad del cacique por sobre el colectivo, ya que el cacique es quien mantiene relaciones entre su pueblo y los hispano-criollos.

Ultimando, creo que las perspectivas de los autores vistas en el trascurso de este ensayo, nos hacen darnos cuenta de que existe una visión que tiende a no diferenciar la dinámica histórica de los mapuches frente a la de los huilliches. Sin embargo, hay autores que señalan la existencia de una diversidad que diferencia a ambas sociedades indígenas. Con respecto a los Huilliches, los pactos significan en sí subordinación hacia los invasores, pero también de alguna manera ellos reconocen alianzas que los hacen conformar instituciones de relaciones muy sólidas como el cacicado, y a su vez dentro de estas mismas alianzas reafirman su derecho a territorio y su derecho a negociar con el Estado Colonial.

Gerald Escobar Cantarero
Estudiante de tercer año de Antropología en la UACH

Bibliografía:

Douglas, M. 1996. Introducción. En: Cómo Piensan las Instituciones. Ed. Alianza. Madrid. Pp: 15-25.
Foerster, R., Mascareño, A. y Vergara, J. 1996. El Valle Central: La Expropiación Temprana y la Variabilidad del Conflicto de Tierras. En: La Propiedad Huilliche en la Provincia de Valdivia. Ed. Conadi. Chile. Pp: 158-197.
Foerster, R., Mascareño, A. y Vergara, J. 1996. La Sociedad Huilliche Subordinada. En: La Propiedad Huilliche en la Provincia de Valdivia. Ed. Conadi. Chile. Pp: 258-301.
Molina, R. y Correa, M. 1998. EL Territorio Huilliche. En: Las Tierras Huilliches de San Juan de la Costa. Ed. Conadi. Chile. Pp: 7-115.
Vergara, J. 1999. Las Instituciones Mediadoras Estado-Indígenas. Una propuesta teórica. En: La Herencia Colonial del Leviatán. El Estado y los Mapuche-Huilliches (1750-1881). Ed. Instituto de Estudios Andinos. Iquique. Pp: 51-59.
Vergara, J. 1999. El Estado Colonial en Valdivia y su Política Indígena (1750-1820). En: La Herencia Colonial del Leviatán. El Estado y los Mapuche-Huilliches (1750-1881). Ed. Instituto de Estudios Andinos. Iquique. Pp: 62-72.

Fuente: El Ciudadano (24.08.2010)

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