Imagen: El Vacanudo
Hace unos días se exihibió en Canal 13 un reportaje que abordó el conflicto mapuche que se vive en las regiones del Bíobío y Araucanía, que más de un comentario ha generado en la opinión pública. Es de aquellos temas en que todos tenemos alguna opinión y muchas de las cosas que vimos ese día nos sorprendieron profundamante.
La provincia de Osorno, si bien se encuentra lejos territorialmente de la Araucanía, está cerca de este conflicto por la similitud que existe con dicha región. Acá una de las fuerzas productivas más importantes es la agricultura y en la mayoría de las zonas agrícolas, tenemos presencia de comunidades indígenas, como es la San Juan de la Costa, Río Negro, Mantilhue, etc. De hecho ya existen antecedentes de tomas de predios en nuestra provincia.
La intención de esta editorial no es plantear una postura u otra respecto al conflicto, sino que manifestar nuestra procupación a situaciones de este tipo que estén sucediendo en Chile y la importancia de idear políticas, acciones organizadas y bien pensadas que den una pronta solución a lo que está ocurriendo.
Mientras el programa era mostrado en televisión, se pudo ver que en la las plataformas sociales, principalmente Twitter, un sinnúmero de opiniones respecto de l reportaje. En ellas pudimos constatar que había gente que atacaba a las comunidades Mapuche y otras que los defendían; personas que renegaban en contra de los agricultores y otros los apoyaban.
Pero algo que fue unánime fue que los niños nada tenían que ver en este conflicto. ¿Por qué son participes? ¿Qué está pasando que nos lo protegemos? ¿Por qué tienen que estar en medio de un conflicto? ¿Por qué no se aplica un poco de criterio por parte de los padres y por parte de Carabineros de evitar hacer pasar a los niños por este proceso?
Con dolor vemos lo que está pasando, puede ser que Canal 13, a través de su programa Contacto, haya sido amarillista o que sólo mostró una parte de la realidad, pero algo en los que tenemos que estar de acuerdo es que aquí hay un conflicto y que debe resuelto con iniciativas de fondo, no con parches que no solucionan el fondo del asunto.
Este es un conflicto sumamante complejo, hay dos formas distintas en pensamiento, en confrontación, pero tambien hay influencias de otras mentalidades en el problema. Y no se puede resolver de la forma tradicional, no se puede pensar en una solución extremista, como por ejemplo: entregar tierras a los mapuche, meterlos presos por lo que están haciendo o registrar su casas como lo vimos en el reportaje.
Este conflicto requiere de soluciones profundas y a largo plazo, que den respuestas a las demandas de los involucrados. Necesitamos invertir recursos, necesitamos que el gobierno le de prioridad a esto. Necesitamos seriedad y trabajo de expertos.
En otros países se han logrado generar modelos de integración entre las comunidades autóctonas y la ciudadanía. ¿Por qué no traemos esa experiencia a Chile? Es de suma importancia que esto se aborde con seriedad, copiar lo que se ha hecho bien.
Por ahora esta es una preocupación de nuestro país y de una región en particular, pero creemos que si no se aborda luego este problema, pronto podemos estar involucrados como provincia en un conflicto difícil de solucionar. Urgen políticas serias y efectivas.
Fuente: El Vacanudo (25.06.2010)