Fotografía: El autor Luis Mancilla presentó su quinta obra literaria. Lo hizo en la Biblioteca Pública de la ciudad de Castro. | M. Eugenia Núñez
Un pueblo marcado por la discriminación es lo que dos docentes plasman en sendas obras.
Huilliche o veliche en lengua mapudungun significa «gente del sur», personas que al mezclarse con los españoles conformaron el origen del pueblo chilote. En la actualidad y en todo el Archipiélago todavía se mantienen costumbres y enseñanzas heredadas de estos indígenas como vocablos, mitos y leyendas, y por sobre todo existen descendientes que orgullosamente llevan apellidos con gran significado como: Antilef (río del sol) o Caicheo (seis ñandúes).
Precisamente este pueblo es el protagonista de dos libros que fueron lanzados este mes por dos connotados escritores locales.
El primero de ellos, de autoría del profesor castreño Luis Mancilla, se titula «Los chilotes de la Patagonia rebelde», y narra la historia de los emigrantes isleños fusilados en las estancias de la provincia de Santa Cruz, Argentina, durante la represión de la huelga de 1921.
«A principios del siglo XX las condiciones salariales en Chiloé eran precarias y una alternativa para alcanzar un mejor bienestar económico era viajar a la Argentina a laborar; fue así como muchos se trasladaron, entre ellos un buen contingente de hombres de ascendencia indígena», explica el docente del Liceo Galvarino Riveros Cárdenas.
Igualmente, el profesional sostiene que estos hombres fueron las víctimas de una larga y cruel discriminación racial, con trabajos denominados «tumberos» y cuyo desenlace fue una feroz matanza junto otros inmigrantes solamente por protagonizar una huelga pidiendo dignidad. El 80% de los muertos de esa tragedia fueron chilotes, vale decir, unas mil 500 personas.
«En 1921 los peones de la Patagonia se alzaron en una huelga, pedían no dormir en camarotes, como presos en una cárcel amontonados en los galpones de esquila… Los estancieros mandaron a buscar al ejército y contestaron con balas. Los dirigentes de la Sociedad Obrera eran españoles que a la Patagonia llegaron huyendo del hambre. El resto eran chilotes que valían menos que una oveja», narra en sus páginas el autor.
A juicio del escritor, esta matanza estuvo por años olvidada e incluso desconocida en tierras chilotas y rememorarla fue su caballito de batalla.
-¿Por qué dar a conocer esta historia después de casi un siglo?
-Porque no es bueno borrar la memoria de un pueblo. Hubo hombres que fueron asesinados a sangre fría y maltratados por tener un apellido indígena y nadie dijo ni hizo nada… y lo peor es que a pesar que algunos sobrevinieron y regresaron a su tierra, nadie escribió sobre este acontecimiento y lo que hoy se sabe es por lo que he investigado a través de la memoria oral de sus descendientes y por escritos que hay en Argentina.
«Casi al final de sus vidas, escuchamos a nuestros ancianos relatar las penurias padecidas en los días cuando fueron prisioneros en una guerra cobarde, borrada de la historia oficial, nunca incluida en la historia de Chiloé», señalan las líneas de este texto de 300 páginas cuya investigación duró cerca de cuatro años.
Mancilla, profesor de matemáticas, quien hace unos días lanzó su libro en su natal Castro, señaló que su quinta obra literaria muestra las vivencias de un grupo de chilotes desde una mirada trágica, dolorosa, que junto a otros isleños cuyos apellidos al ser de ascendencia española eran confundidos con gallegos y que por ello lograron puestos de esquiladores y no así de peones o «tumberos», siendo todos forjadores de la Patagonia.
Fotografía: El investigador Pablo Yáñez incluso canta temas de temática indígena junto a su esposa e hija | Diario La Estrella de Chiloé
«Este es un homenaje a las víctimas, el rescate de una historia marginal que vale la pena conocer, sobre todo por las nuevas generaciones y por aquellos que tienen algún descendiente que vivió en esas australes tierras patagónicas», expone el autor.
«Los chilotes de la Patagonia rebelde» posee una edición de 500 ejemplares y fue publicado con el auspicio del Concejo Municipal de Castro, con el patrocinio del BancoEstado para el fondo de cultura del municipio. La mayor parte de los ejemplares será repartida en diferentes escuelas y colegios de la comuna, mientras que algunos textos están a la venta en librerías de la capital chilota.
«Uno escribe para que la comunidad conozca la historia de nuestros antepasados, no para hacerse rico», puntualizó el maestro.
SEGUNDO
Otra publicación sobre la temática indígena chilota lanzada en las últimas semanas es «Ser indio en Chiloé». Se trata del libro del docente achaíno Pablo Reyes Delgado, quien narra una breve visión y revisión de verdades aceptadas sobre el indio chilhueño a partir de su reconocimiento e imposición en el discurso cotidiano.
«No es un libro histórico, sino de reflexión a partir de las ciencias humanas y la educación. Quise mostrar el mundo indígena desde la cotidianidad, de cómo vemos nosotros a este pueblo y cómo lo discriminamos a partir de un doble discurso, porque por un lado nos sentimos orgullosos de su historia y de lo que representan para la idiosincrasia chilota, pero al final no lo vemos como un igual», subrayó el docente del Liceo Politécnico de Castro.
La obra de 150 páginas financiada por el Consejo de la Cultura y las Artes y editada por LOM es una reivindicación cultural del «ethos» o cosmovisión huilliche, pero mirado desde el otro, una verdadera apuesta que se adentra en una temática poco trabajada, sobre todo por los propios investigadores locales.
La tercera publicación de este doctor en educación aborda la temática indígena en seis capítulos, en cuyas líneas se busca darle una mayor visibilidad a un sector postergado de la sociedad, como es la población indígena, buscando con ello que se genere una actitud reflexiva frente a este tema.
Fotografía: En el auditórium de la Municipalidad de Quinchao fue lanzado el libro “Ser Indio en Chiloé” | Diario La Estrella de Chiloé
«Todos hablamos de interculturalidad pero pocos sabemos lo que realmente significa, es más, la confundimos con bilingüismo que no es lo mismo. Interculturalidad es un proceso de comunicación e interacción entre personas donde se concibe que ningún grupo cultural esté por encima del otro, y eso acá en Chiloé con las comunidades huilliches no ha sucedido», señala el educador.
-¿Qué espera con su libro?
-Una reivindicación socio-cultural del indígena, que no es solamente el que recibe subsidio o becas del estado. Que nos saquemos las vendas de los ojos y dejemos de estereotiparlos como el personaje con ojotas y manta, sino como un ser igual que yo.
El texto del profesor de historia y también folclorista del grupo Caituy de Achao nos presenta el mundo indígena desde una discriminación latente del «mundo winka (blanco)» desde ópticas como el arte, el habla, la inmigración, el género, la interculturalidad y los elementos de resistencia.
Esta obra tuvo una investigación de un año y será repartida en los colegios de la provincia de Chiloé para su estudio y conocimiento de los educandos.
«Esta matanza estuvo por años olvidada y desconocida»
Luis Mancilla
Profesor castreño
Fuente: Diario La Estrella de Chiloé (16.08.2012)
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