Fotografía: El docente Pablo Yáñez (izquierda) lanzó su libro «Ser Indio en Chiloé» | Jano Mayorga
La discriminación racial que ha sido víctima el pueblo indígena chilote es la temática de dos libros isleños.
Con algunos días de diferencia, dos obras sobre los indígenas chilotes han salido a la luz.
Primero, fue el turno del docente y doctor en educación Pablo Yáñez, quien lanzó en su natal Achao su libro «Ser indio en Chiloé», apuesta literaria pocas veces trabajada y mucho menos por investigadores locales.
La obra financiada por el Consejo de la Cultura y las Artes a través del Fondo de Fomento del Libro y la Lectura 2012 aborda la temática indígena desde la cotidianidad a través de seis capítulos y busca darle mayor visibilidad a un sector postergado en muchas ocasiones por la sociedad.
«Aquí estamos haciendo una reflexión seria y responsable sobre este tema y, además, se da a conocer como es el mundo huilliche, por algunos desconocido», explicó el profesor.
En sus líneas, el achaíno se atreve a sacar a la luz la discriminación hacia el indígena en Chiloé, lugar donde el porcentaje de esta población es altísima.
SANTA CRUZ
A su vez, «Los chilotes de la Patagonia rebelde» se titula el libro del también profesor castreño Luis Mancilla, quien en sus más de 300 páginas relata la historia de los emigrantes isleños fusilados en las estancias de Santa Cruz, Argentina, durante la represión de la huelga de 1921.
Fotografía: Uno de los textos es «Los Chilotes de la Patagonia Rebelde» | Jano Mayorga
El lanzamiento que congregó a decenas de asistentes en la Biblioteca Municipal Martina Barrientos Barbero de la capital chilota, tuvo como eje dar a conocer un trozo de la historia de hombres chilotes de origen huilliche que a comienzos del siglo pasado fueron cruelmente asesinados en el país vecino y profundamente discriminados por poseer un apellido indígena.
«Nuestros coterráneos se iban a las estancias a trabajar porque en nuestra tierra no había dinero y tenían familias que alimentar, algunos de ellos de apellido español lograban ser contratados como esquiladores y confundidos por gallegos; sin embargo, quienes poseían un apellido indígena eran tratados muy mal, con sueldos miserables y con trabajos de tumberos», explicó el docente del Liceo Galvarino Riveros Cárdenas.
La obra fue financiada por el municipio castreño a través del BancoEstado. «Nosotros apoyamos esta iniciativa porque es importante que nuestros niños y jóvenes sepan lo que les pasó a sus antepasados y la crueldad con que fueron tratados», argumentó el alcalde Nelson Águila.
Fuente: Diario La Estrella de Chiloé (11.08.2012)