Con miras al ejercicio del derecho al autogobierno y a la autonomía, autoridades ancestrales mapunche williche exigieron al Estado de Chile el cumplimiento del Tratado de Paz de 1793, demanda surgida tras un Füta Traftun en Külakawiñ (Quilacahuín) que tuvo como hito simbólico el levantamiento de la bandera general de laurel (triwe) un 1° de enero de 1932.
Desde mediados del siglo XIX gregoriano los Apo Ülmen, autoridades ancestrales en la Fütawillimapu, ha demandado al Estado de Chile el reconocimiento del Tratado de Paz del 8 de septiembre de 1793, en el cual la corona española reconoció la personalidad jurídica internacional mapunche, su territorio autónomo y su derecho al autogobierno.
Los antecedentes que hemos recopilado y sistematizado nos permiten concluir que la idea de bandera, entendida como un trozo de tela con colores o diseños simbólicos para una colectividad, es una concepción no mapunche. No obstante lo anterior, a nivel de subespacios (fütalmapu, ayllasrewel, srewel o lof) se constata la adopción de dicho elemento cultural winka desde mediados del siglo XVI con diferentes proporciones, colores y diseños que dan cuenta de que la unidad del colectivo mapunche se basa en la diversidad y no en la homogeneidad.
También podemos constatar que la concepción propia equivalente a la idea de bandera la constituyen el foye (canelo), en los territorios nortinos, y el triwe (laurel) desde el Lago Ranco al sur.
En el diseño de la actual bandera representativa de la Fütawillimapu está presente el triwe (laurel), pero no contamos con antecedentes que vinculen el diseño actual de dicha bandera (nuestra bandera) con la levantada en 1932. Sin embargo, dado que la bandera de la Fütawillimapu comparte evidentes similitudes con la bandera williche de Chiloé y que las alianzas políticas con dicho espacio del territorio mapunche datan de 1934, existe la posibilidad de que el diseño de la actual bandera de la Fütawillimapu, que podríamos llamar Müpütuwe Ünen Triwe, tenga su origen el 1° de enero de 1932.
En este punto recomendamos revisar esta publicación del año 2012 denominada Banderas Mapuche.
Y sin más preámbulos, a continuación replicamos el Memorial de 1932 en el que, junto sentidas denuncias y justificadas demandas, se informa al Estado de Chile el erigimiento de la bandera propia mapunche en la Fütawillimapu.
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Santiago, enero 15 de 1932.
Señor Ministro del Interior:
Nosotros, indios araucanos, hijos de este país, levantamos, el viernes 1º de enero de 1932, la bandera del país de los indios, del Estado Mayor del Sur del Continente, fecha en que se creó el Congreso memorial de la bandera general de laurel de los indios y también de la chilena, recordando la ceremonia de la paz de 1793, realizada en las provincias de Futahuillimapu y Pan [ilegible] de Curacautín[*], que hoy día comprende el departamento de Osorno. No obstante este tratado, las autoridades, después de hostilizarnos durante mucho tiempo, hoy día desconocen nuestro Parlamento, nos prohíben el uso de nuestro idioma, quieren el uso de nuestro idioma, quieren obligarnos al pago de los impuestos.
Acusamos a los misioneros de ser nuestros enemigos, pues, el misionero de Quilacahuín, Francisco Solano, de acuerdo con los misioneros alemanes, con el oficial civil, con el sargento número 2 y cuatro carabineros, nos desalojaron de la reunión, cuando en número de seis mil, celebrábamos la fiesta memorial de las banderas.
Por eso, exigimos que se retire de inmediato de esta reducción de Quilacahuín, a los misioneros alemanes y a los carabineros, pues, en caso contrario, tomaremos las medidas que mejor nos convengan, porque no estamos dispuestos a tolerar más las arbitrariedades que se cometen con nosotros. Por ahora, también exigimos que se cumpla el pacto firmado en enero de 1793, así como la inmediata restitución de todas las tierras que nos fueron arrebatadas.
Firman varios caciques y oficiales de caciques.
José Santos Conapil, cacique del departamento de Osorno, reducción de Quilacahuín; José Manuel Menco, reducción de San Pablo y el representante del cacique José I. Epuyao Imilpán, de la reducción de Riachuelo; los oficiales de los caciques Vicente López Rafqui, capitán de amigos, el intérprete Juan Huentreao, el secretario Juan de Dios Cheuquén, Juan Andrés Rafque, el banderista memorial y otros, todos miembros del congreso y en representación de 15.000 indios.
Fuente: “Bandera Roja”, Santiago, 5 de abril de 1932 en “Memoriales Mapuche-Williches, Territorios Indígenas y Propiedad Particular, 1793-1930” (2010) de Eugenio Alcamán.
[*] Es probable que al momento de la redacción se haya mal interpretado el sector Pindamapu perteneciente al srewel de Quilacahuín, espacio donde se realizó el Parlamento y Tratado de agosto de 1793.
EL CONTEXTO DEL LEVANTAMIENTO DE LA BANDERA DEL LAUREL
«El salto sustantivo en las demandas de reivindicación del territorio williche usurpado se dará a inicios de la década de 1930. En un contexto de revoluciones y crisis mundial que afectó profundamente la industria salitrera chilena (Bengoa, 2007b, p. 165), a inicios de diciembre de 1931 se produce una marcha mapunche williche que desde Osorno se dirigió a pie hacia la capital chilena en protesta por una concesión a la Sociedad Ñuble Rupanco en la zona de Puyehue y Rupanco (Bengoa, 2007b, p. 167), en una de las acciones de resistencia más significativas de la historia de la Fütawillimapu.
Unas semanas después de la movilización williche, el 25 de diciembre de 1931 Manuel Aburto Panguilef[1], presidente de la Federación Araucana, propone avanzar hacia la formación de una ‘República Indígena’ planteando el autogobierno mapuche junto a esbozos de lo que hoy conocemos como ejercicio al derecho a la libre determinación de los pueblos (Foerster & Montecino, 1988, pp. 49-52). Esta visionaria propuesta iría perdiendo fuerza en los años sucesivos (Menard, 2003, p. 2).
Si bien a la fecha no tengo antecedentes que vinculen a la Federación Araucana con los apo ülmen de la Fütawillimapu, de acuerdo a una carta fechada el 15 de enero de 1932 y enviada al Ministro del Interior, Marcial Mora Miranda, al mismo tiempo que más al norte se planteaba la idea de una ‘república’ mapuche, en el sur se levantaba la bandera del ‘país de los indios’» (Rumian, 2020, p. 158)
HECHOS POSTERIORES
«La reacción estatal frente a la declaración mapunche no se hizo esperar. En su trabajo “Prensa y Población Huilliche: construcción de la «Otredad» a través del discurso del diario La Prensa de Osorno; 1930 – 1973” (2010), la l’amuen Carolina Carillanca recopila los artículos relativos a las y los williche publicados en dicho medio escrito, trabajo gracia al cual se puede reconstruir la secuencia de sucesos tras el hito del 1° de enero de 1932:
- El 29 de julio de 1932 el apo ülmen, José Santos Conapil, cacique del Estado Mapuche, exigió la devolución de la misión de Quilacahuín (Carillanca, 2010, p. 64).
- Los días 31 de agosto y 1° de septiembre de 1932 el diario La Prensa, realiza publicaciones referidas a actividades comunistas de ‘grupos indígenas’, destacando la figura de Juan Antonio Llafquén quien debió declarar frente al gobernador Roberto Parragué (Carillanca, 2010, pp. 105-106).
- Con fecha 29 de septiembre de 1932, el diario La Prensa publica el artículo “Las pretensiones del cacique de Quilacahuín” en el que el obisto Guido de Ramberga refutó la demanda de José Santos Conapil (Carillanca, 2010, pp. 64-66).
- El 25 de febrero de 1933 el gobernador de Osorno, Roberto Parragué H., envió una circular a los funcionarios estatales de Quilacahuín para hacer frente a la ‘actitud subversiva’ de los mapunche de la zona (Carillanca, 2010, pp. 67).
En junio de 1933 ocurre un evento que sin duda se enmarca en una postura más confrontacional y decidida de cara al Estado. De acuerdo al diario La Prensa de Osorno[2] y El Mercurio de Santiago[3], en la tarde del 8 de junio se presentaron ante el gobernador de Osorno, Roberto Parragué H., tres mapunche: Juan Antonio Llafquén, presentado como cacique de Quilacahuín; el ‘director de indios’, Bautista Imilpán; y el intérprete Juan Huentreao.
Los peñi Llafquén, Imilpán y Huentreao exigieron el reconocimiento del Estado Mapuche por parte de la República de Chile, presentando una serie de documentos que sustentaban la solitud que, por lo demás, ya se había presentado anteriormente al mismo gobernador a principios de 1933.
La respuesta de Parragué fue negativa, quitando los documentos a la delegación mapuche, a la vez que señalaba que no existían más autoridades que aquellas determinadas por la Constitución Política del Estado de Chile, razón por la cual, según los medios escritos ya señalados, los mapunche actuaron violenta e irrespetuosamente contra el gobernador para recuperar sus documentos. Finalmente, Parragué extendió orden de detención contra Juan Antonio Llafquén y sus acompañantes. Un aspecto que, al parecer, oculta la publicación del medio osornino es que, para evitar que le quitaran los documentos, el gobernador usó una pistola para ‘defenderse’ sin llegar a disparar.
Sin tener más antecedentes del caso, es claro que las demandas políticas levantadas desde la mapu de Quilacahuín inquietaban a la prensa osornina, a la iglesia católica, al aparataje estatal local y a los grandes latifundistas de la zona. Sumado a lo anterior, no deja de ser llamativo que desde varios sectores de la sociedad osornina se señalara enfáticamente que las reivindicaciones mapunche tenían un claro origen ‘comunista’. Este discurso, plenamente vigente en la actualidad, evidencia el racismo histórico en la sociedad chilena que no es capaz de concebir que las y los mapunche tenemos su misma capacidad de pensar y de levantar reivindicaciones políticas, económicas, ideológicas y/o religiosas propias sin necesidad de que ‘los blancos’ y sus diversos intereses nos tengan que indicar lo que debemos ser, sentir, pensar o hacer» (Rumian, 2020, pp. 159-160).
[1] Reconocido dirigente mapunche del siglo XX gregoriano, cercano a la extinta Federación Obrera de Chile (FOCH).
[2] “SE EXPIDIO ORDEN DE DETENCION CONTRA TRES INDIGENAS QUE PEDIAN EL RECONOCIMIENTO DE UN ESTADO DENTRO DE LA REPUBLICA”, La Prensa, Osorno, viernes 9 de junio de 1933, página 4, disponible en la Biblioteca del PEDCH, Universidad de Los Lagos, Osorno.
[3] «Indígenas de Osorno Proclaman el Estado Mapuche», El Mercurio, Santiago, año XXXIV, viernes 9 de junio de 1933, página 12.
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