¡Fill püle powüpe ta fa!

 

Una soleada mañana otoñal de 1983, nos dirigimos desde Misión  San Juan, como Equipo de küsoujo hacia el sector de Puninque. Lugar que queda ubicado al noreste de Misión San Juan y al sur de la Misión  de Quilacahuin. Puninque le corresponde una porción a la Comuna de San Juan de la Costa y la otra a la comuna de Osorno y San Pablo.

El destino de nuestra visita era a la casa de don Bernardino Conapil Millan, Cacique de la Jurisdicción de Quilacahuin. Ya lo habíamos visitado anteriormente con el fin de fortalecer su trabajo de cacique, pero nos dice que él está muy anciano y quiere entregar su cargo, y que otra persona pueda asumir su rol.

Fijamos la fecha para el posible nombramiento de un nuevo cacique, y nos encontramos ese día con alrededor de 50 personas provenientes de Puninque, Pulutun, Cancha Larga, Huali, Chanco y otros. Llegamos ahí, don Bernardino nos convidó desayuno y luego comenzó la reunión la cual  nos motivaba estar ahí.

La gente estaba reunida alrededor de la casa, el Cacique saludo en chesugun a su gente como es la costumbre, luego nos dio la palabra y explicamos con más detalle a los presentes cual era el objetivo de estar reunidos. Seguidamente lo hizo nuevamente don Bernardino y le dice a todos que por sus años y por su enfermedad ya no puede continuar en el cargo de Cacique, y que seria bueno que una persona más joven y capaz asumiera esa responsabilidad.

Todos se miraron, y luego de un largo silencio habló un comunero agradeciendo al Cacique por su trabajo realizado, y enseguida nombró a ciertas personas que estaban presentes para que alguno de ellos asumiera de cacique.  Habian un par de Fiscales o habían sido Fiscales, pero todos los que iban señalando dijeron: que no podían, porque no entendían ese trabajo de tanta responsabilidad.

Don Bernardino y nosotros que estábamos ya muy intranquilos porque no había ningún candidato que quisiera ser cacique en esa junta. Finalmente le sugerí el nombre de una persona que yo conocía, porque habíamos participado de diversas actividades relacionadas con la Radio La Voz de La Costa, y que esta persona era don Antonio Alcafuz y que vivía en Huacahuincul.

Los demás dijeron: “lo hemos escuchado por la radio a esa persona y parece que sabe bastante”. Y don Bernardino, dice: si esta persona es joven y sabe, pero lo importante seria que sepa hablar en lengua nativa, porque el cacique debe saber hablar a su pueblo. Y yo le afirmo que sí. Entonces hay que hablar con él y todos asientes que si.

Pero ahora ¿como lo hacemos? si está tan lejos Huacahuincul, del lugar donde estábamos, entonces le sugiero que podría ir nuestro conductor del vehiculo ya que también lo conoce, y que sea nuestro weshkin para llevarle el mensaje y a lo mejor pueda convencerlo y traerlo para la reunión.

Mientras tanto el cacique pidió que se hiciera una ceremonia de despedida, entonces hay que buscar los instrumentos musicales para este fin. Estaba don Zandalio Ancapichun músico y Fiscal del Cacicado de Puninque, fue el encargado de dirigir el rito en lo musical y don Bernardino junto a varias malguenes hicieron las rondas alrededor de la casa del Cacique. Don Bernardino agradecía así a la Ñuke Mapu y al Taitita Wenteyao por haber cumplido con una tarea tan importante para su pueblo en el territorio de Quilacahuin.

Nuestro weshkin volvió pronto y venia con don Antonio Alcafuz, no se como lo convenció, pero estaba ya informado de cual era el propósito de la junta. Se hicieron los saludos protocolares y luego el nütram que los convocaba a todos. Habló don Bernardino y enseguida le dio la palabra a los presentes, finalmente le da la palabra a don Antonio, de cual era su parecer sobre la proposición que se le estaba haciendo, don Antonio tuvo algunas cavilaciones al principio y luego aceptó el reto para regocijo de los comuneros presentes y de nosotros quienes estábamos de invitados.

Nuevamente don Bernardino dirigió el ritual de investidura del nuevo cacique de la Jurisdicción de Quilacahuin, quizá en una sencilla ceremonia pero profunda en su significado en ese día para quien se retiraba y para quien recibía, y para los hombres, mujeres y niños de distintos lugares que ese día se habían congregado. No había cámaras fotográficas ni otro elemento para el registro de tan importante ceremonia, solo la practica grabadora de cinta para grabar los discursos y difundirlos después en el Programa radial “Nuestras Raices” en Radio La Voz de la Costa. No había otras autoridades invitadas o especiales, solo los convocados.

Así se da continuidad al Cacicado de Quicalahuin, con don Antonio Alcafuz Canquil elegido como el nuevo cacique, un 19 de junio de 1983, que continua el legado de Colin, de Gregorio Trunce, José Santos Maitre,  José Narciso Maitre, Jose Santos Conapil, Juan Antonio Llafquen Anchillaf, José Canquil Tranacan, Juan Marican Millan y Bernardino Conapil, entre otros Caciques Apoülmenes del territorio de Quilacahuin.

“Antonio Alcafuz Canquil nació en Huacahuincul (WakaWinkul), sector cercano a la Misión de Quilacahuín, un 8 de julio de 1935. Su chau fue Albino Alcafuz Canquil y su ñuke, Adelina Canquil Herrera. De niño vivió con sus tremche-ñuke, Rosa Canquil y Manuela Maquehue por lo que aprendió a ver su entorno desde el Che Süngun. Asistió a la Escuela Nº 25 de Huahuincul hasta cuarto año de preparatoria para después trasladarse a la Escuela Particular Nº9 de Quilacahuín donde estuvo dos años no exentos de dificultades.

Después de dejar la enseñanza occidental, cuida a sus tremche-ñuke hasta que fallecen. Comienza entonces a integrarse a las actividades sociales de la comunidad: primero participa en las actividades de la parroquia de la Misión de Quilacahuín y, luego, ejerce como secretario del club deportivo “Escudo de Chile” que obtuvo excelentes resultados en “la liga” mientras formó parte de la directiva. De esa época extraña el ánimo de los jóvenes para organizarse y hacer actividades recreativas: palin, fútbol, rayuela, etc.

Don Antonio cuenta que nunca fue cercano al entorno cacical. Esta situación es, por lo menos, curiosa dado que sería el mismo Bernardino Conapil, Apo Ülmen de la “jurisdicción” (kawin) de Quilacahuín, quién lo aceptó como su sucesor. Importante es tener presente que el Apo Ülmen Conapil, fue sucesor en carácter de interino del asesinado cacique Juan Marican Millán y que sólo ejerció por un breve tiempo como autoridad tradicional. En la práctica, el territorio de Quilacahuín no tenía Mapu Ülmen[1].

En este junio 19 de 2013, se cumplen 30 años del nombramiento como cacique de Quilacahuin, Apoülmen Don Antonio Alcafuz Canquil.

 


[1] Futawilllimapu, 16 de diciembre de 2009

Tamün srakisuam
Archivo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *