¡Fill püle powüpe ta fa!


Imagen: Gabriel Carvajal

Marta Catrilef, Angélica Hueichan, Gonzalo Huenupán y Leandro Caiguan hace mes atrás no sabían tocar guitarra y tampoco conocían el significado de ritmos ceremoniales como el wüchaleftu y el linkon. Hoy –a pesar que aun siguen en un proceso de constante aprendizaje- fueron capaces de interpretar la música que caracteriza el nguillatún. Interpretaciones que tienen mucha historia sobre todo en el sector de Panguimapu en San Juan de la Costa, donde desde 1929 hasta 1964 existió la gran y reconocida banda del cacique Transito Neipan.

Pero no solo fueron Marta, Angélica, Gonzalo y el pequeño Leandro los estudiaron y practicaron estos ritmos, sino que en total 10 miembros de la comunidad mapuche Williche “Los Alerces Panguinamun”, quienes además se introdujeron en el mundo del telar donde aprendieron a utilizar hierbas y otros productos naturales para teñir las lanas, así como también aplicaron diseños utilizados ancestralmente por el mencionado pueblo originario.


Imagen: Gabriel Carvajal

Para lograr estas acciones, la “Comunidad Los Alerces Panguinamun” utilizó los recursos entregados por el Programa Orígenes de CONADI, los cuales alcanzaron a los 1 millón 440 mil pesos los que están inserto en los 9 millones de pesos que se utilizaron para iniciativas productivas y de fortalecimiento organizacional. El trabajo realizado por la comunidad en el área cultural tuvo una duración de 4 meses.


Imagen: Gabriel Carvajal

Por Gabriel Carvajal Valle

Tamün srakisuam
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