Con el pasar de los años, los caminos de la costa hacia la ciudad de Osorno, han ido experimentando múltiples cambios con el fin de facilitar las vías de comunicación de la gente hacia la ciudad y dentro del mismo territorio. Si retrocedemos en el tiempo, hace unos 60 años atrás, los caminos que hoy son asfaltados o pavimentados, solían ser de tierra o una simple huella por donde transitaban los habitantes de los sectores rurales de nuestros campos.
Cuando los caminos eran en su mayoría de tierra, en aquellos tiempos las personas solían ir a la ciudad aproximadamente unas dos veces al año, y lo realizaban a caballo y/o en carreta. Para ello, los viajeros se preparaban con bastante anticipación para el viaje al pueblo, esto por la carga que tenían que llevar para la venta, como gallinas, papas, huevos, hortalizas, en algunos casos corderos, en otros viajes cargas de carbón o leña, pero en este caso de molienda, se hacía un viaje especial, para llevar el trigo a moler al renombrado molino de Rahue. Los viajes se realizaban en épocas de primavera, y principalmente a fines de verano y principio de otoño, para la venta de productos de cosechas y las moliendas de trigo, aprovechando el buen tiempo.
Una vez todo preparado, la hora de partida del campo era relativa, dependiendo del sector de donde se estuviera viviendo, si el lugar era muy distante la hora de salida estimada podría ser a las dos o tres de la mañana o al “primer canto de gallo” como se decía en aquel entonces, esto por la distancia y la dificultad del trayecto, y así se emprendía el viaje.
El primer trayecto recorrido era alrededor de un día completo, que al comenzar a oscurecerse, la gente pasaba a pernoctar a algún lugar determinado, que reunía las características básicas para poder pasar la noche sin mayores inconvenientes. Uno de estos lugares está ubicado a unos 8 kilómetros de la ciudad de Osorno, por la ruta de Misión Rahue. Aquí nos encontramos con dos espacios que relatan nuestros abuelos, el primero es “el Eucalipto Huacho” y el segundo, es una saliente rocosa en forma de cueva, ambos espacios están muy cerca y conectados por un estero, conocido en su tiempo como “La Aguada”, donde los los bueyes, los caballos y las personas podían beber agua.
Por lo tanto, ambos lugares muchas veces se colmaban de viajeros hospedados en torno a un gran fogón y la propia naturaleza, si el lugar de la roca estaba lleno, debido a que la mayoría viajaba en épocas similares, la gente dormía bajo el Eucalipto Huacho, nombre que se le adjudica a este eucalipto que está solo y que todavía existe en este lugar. Aquí los viajantes descansaban y se alimentaban con el srokin (comida de viajeros) que traían consigo. Luego de dormir, llegada la madrugada, se emprendía el último tramo para llegar al pueblo, a eso de las 8 de la mañana en el principal punto de convergencia conocida como “Pampa Reyes”, en el sector de Rahue Bajo (donde actualmente se ubica una estación de servicio de combustible y un centro de atención de salud) y este lugar, las familias campesinas vendían sus productos, realizaban sus diversos sus trámites, compras de víveres y otros productos para llevar de vuelta al hogar.
Existen muchos lugares de los cuales desconocemos su historia y los sucesos que allí ocurrieron. Hoy en día solo nos quedan algunos de esos relatos, de aquellos que vivieron esa travesía y fueron testigos del cambio que se ha presentado a lo largo de los años. También es un llamado a cuidar esos espacios de significación cultural y apreciar su belleza histórica y cultural.
Catalina Rumian C.
Fütawillimapu
@Wesrkin
@futawillimapu
EFECTIVAMENTE AMBOS LUGARES EXISTEN HOY; SOLO QUE EL EUCALYPTO HUACHO A PERDIDO RAMAS Y QUE EL ESTERO QUE MENCIONA LANMIEN YA NO ESTA DISPONIBLE. ES HOY CONOCIDO COMO ESTERO CURACO Y PASA POR EL VERTEDERO MUNICIPAL Y LA EMPRESA ECOPRIAL, BAJA HASTA EL RAHUE TOTALMENTE CONTAMINADO, SIGUE ALLÍ PERO YA NO DISPONIBLE PARA ANIMALES NI VIAJEROS. LAS MALAS PRACTICAS ESTAN MATANDO NUESTRA NATURALEZA.