¡Fill püle powüpe ta fa!

La falacia es un argumento incorrecto. Entre las fa­lacias, la falacia del consecuente consiste en que de un antecedente cierto se concluye una consecuen­cia falsa. Cierta corriente historiográfica reincide en este tipo de falacias. Si estas falacias se aplicaran a hechos ac­tuales resultarían absurdas para cualquiera, incluso para quienes recurren a estas falacias en la historia indígena. Pero pareciera que la historia indígena permitiera estas li­cencias que no se aceptan en las aseveraciones sobre el mundo contemporáneo.

En la historia williche también redundan este tipo de falacias. Entre ellas, algunos sostienen que las relaciones amistosas entabladas con los españoles significaron el so­metimiento cultural y político de los williches. No se dan pruebas de este sometimiento, solamente se establece la conclusión como una verdadera sentencia. Haciendo al­gunos esfuerzos se señala que la designación de «caciques gobernadores», esto es, el reconocimiento que hicieran los españoles de los caciques como autoridades indígenas mediante algunos símbolos, implicaría el sometimiento a la autoridad española.

No existe evidencia alguna respecto de que los caci­ques williches hayan aceptado aplicar las normas de las autoridades españolas entre las comunidades donde ejer­cían autoridad y jurisdicción. Contrariamente, el «cacique gobernador» Juan Felipe Wentekeo reclamaba en 1849, en nombre de los demás caciques de La Unión, no sólo el re­conocimiento de la aplicación del derecho consuetudina­rio mapuche-williche en la resolución de sus asuntos in­ternos, sino además el reconocimiento de jueces williches que fallaran en los litigios entre particulares e indígenas en los asuntos sobre tierras indígenas.

La sentencia del sometimiento contiene además otra falacia. La intención de demostrar el sometimiento cultu­ral y político de los williches tiene como argumento la adopción de ciertas instituciones y símbolos ajenos que representarían cambios culturales. La conclusión a que se arriba es fatal: los williches, como fenómeno étnico, se­rían una invención actual porque habrían adoptado tan­tos elementos occidentales que no tienen rasgos objetivos propios.

Los pueblos indígenas se definen porque mantienen determinados contenidos culturales propios y distintos de la sociedad nacional, sus miembros se autoidentifican co­mo indígenas, mantienen una identidad colectiva y entre ellos establecen relaciones sociales distintivas. Por estos elementos constitutivos los williches existen, así como muchos otros pueblos indígenas.

Esta falacia ignora el contexto de dominación en que se desenvuelven los pueblos indígenas para concluir que éstos son una invención actual.

La responsabilidad de la dominación la tendrían los propios indígenas como si no fuera suficiente la violación que sufrieron de los derechos humanos fundamentales y hasta de las condiciones de su propia sobrevivencia como pueblos independientes.

Eugenio Alcaman
Antropólogo y docente Convenio Capide-Flacso

Fuente: Diario Austral de Osorno (17.11.2011) [Requiere registrarse en «El Mercurio S.A.P.»]

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