Akuy fil’a Künko mapu mo: reflexiones en torno al avance del neoliberalismo extractivista en territorio ancestral mapunche williche

¡Fill püle powüpe ta fa!
En octubre pasado la DGA de Los Lagos aprobó un derecho de agua no consuntivo para uso hidroeléctrico en el Río Liucura, comuna de San Juan de la Costa | Fütawillimapu

Feytachi chillka mo pichin kimtükuayen chenmo müli in inkaya kishu tain mapu tain kuifi ke tse mongen tain künosrüpuetew inchen mongeam. Weche ke mongen tse petu wüyey kuyfi srakisuam, falintükukelay tain müpiltun, feymo küme llowki winka ke tse ñi konpan nentualu ñi suam engün, fey ñi ‘negocio’ pingekelu. “Femechi niayen pañillwe küme mongealu, kuñifalngewenoam ta inchen. Femechi fituayen chi ‘desarrollo’” pingeki fachantü. Wesa srakisuam nga ti. Femngelay ta ti. Fil’a müngi winka ke tse engün.

Ñamnoam mapunche küme mongen, sritu mongen, tranmangenoam tain fill mongen, künoayen tayin srakisuam fachantü, pu peñintun, pu l’amuentun tamün chillkatuafiel, tamün srakisuamafiel.

Awla ta winka süngun amoalu.

En esta publicación reflexionamos acerca del avance del neoliberalismo extractivista en la Fütawillimapu, refiriéndonos a las características particulares del ‘territorio’ Künko, espacio williche en donde hoy peligra la continuidad del fill mongen (todas las formas de vida, incluido el ser humano), nuestra cultura y nuestros espacios sagrados debido al acaparamiento de derechos de los mal llamados ‘recursos naturales’, etapa inicial de los proyectos que, según nos prometen, nos traerán el ‘desarrollo’ y nos sacarán de la pobreza.

Estamos conscientes que el concepto ‘territorio’ masculiniza y, en cierta medida, tergiversa el sentido del concepto mapu, dado que en la práctica se le vincula con las ideas de pertenencia, propiedad y/o posesión, ideas que son ajenas al mapunche srakisuam (pensamiento mapunche). No obstante lo anterior, dada su invocación en los instrumentos del derecho internacional hemos optado por utilizar dicho concepto en este trabajo.

Es importante que no olvidemos que mapu, al menos en la Fütawillimapu, es esencialmente femenino razón por la que nos referimos a ella como Ñuke Mapu.

Un revisión crítica desde nuestro srakisuam a conceptos winka como ‘indígena’, ‘pueblo’, ‘nación’, ‘comunidad’, entre otros, quedará para otra ocasión.

Y sin mayor preámbulo, en primer lugar compartimos una caracterización general del ‘territorio’ Künko para luego referirnos a las consecuencias generales de permitir el ingreso de proyectos extractivistas en nuestra Ñuke Mapu.

Amoyen may.

KÜNKO MAPU

La tierra o territorio ancestral Künko tiene características muy especiales.

En términos espaciales, llegó a abarcar una extensión que comprende las actuales comunas de La Unión, por el norte, hasta Maullín, por el sur, y entre la precordillera de la Costa hasta el mar. Algunos han señalado que las y los Künko o “Juncos” nos extendíamos hasta Chüllewe (Chiloé). Si bien la hipótesis no es descartable, no tenemos antecedes concretos que la confirmen.

Podríamos señalar, eso sí, una histórica conexión entre Chiloé y la zona costera de Osorno, uno de los espacios más representativos del territorio Künko.

Hasta hace un siglo, al mirar desde el lelfün mapu o ‘depresión intermedia’ en dirección al oeste se observaba que el territorio Künko, otrora famoso Ayllasrewel o ‘aillarehue’, era un continuo verde, intenso e impenetrable. Milenarios bosques eran el refugio de gente que recorría estrechos y peligrosos senderos y habitaban ‘amontonados’ los escasos claros existentes entre cerros y quebradas. Hoy en algunas zonas aún existen dichos bosques ancestrales, precisamente ahí donde familias mapunche han vivido y resistido el avance de la civilización.

A excepción de los ríos Bueno y Maullín, que en cierta medida son límites naturales, ningún otro curso de agua proveniente de los deshielos de la Pisre Mawisam (Cordillera de Los Andes) y de lagos de la zona atraviesa el territorio Künko hasta llegar al mar. No obstante lo anterior, en dicha tierra históricamente el agua siempre ha sido abundante… un regalo de nuestra gran madre.

Feymo, ¿chew küpapi chi ko? (Entonces, ¿de dónde viene el agua?)

En las alturas de la Füta Kasrü Mawisam o ‘cordillera de la costa’ se produce la captación de cada gota de las copiosas lluvias que frecuentemente caen en el territorio williche. Dependiendo de la altura, son los milenarios bosques, renovales, poñponwe y/o especies vegetales de baja altura los agentes que disminuyen la velocidad de impacto de cada gota de lluvia que llega al suelo. Estos agentes además cumplen la función de retener el agua, ‘liberando’ poco a poco el mollfüñ (sangre) de la mapu. Así cada gota se une a otras gotas formando lo que, a ojos no mapunche, son ‘insignificantes hilitos de agua’.

Cada ‘insignificante hilito de agua’ comienza a bajar de la cordillera uniéndose a otros innumerables hilitos de agua que, a su vez, forman cursos de agua que aumentan su velocidad conforme se abren paso a través de profundas quebradas, algunas de las cuales quizás nunca han sido vistas por el ser humano. Así, las aguas que se juntan en las quebradas se unen para formar esteros, los que a su vez dan vida a hermosos y limpios l’ewfü (ríos) que finalmente llegan a la Ñuke L’afken (Madre Mar).

El proceso anterior, cuya belleza no puede ser descrita con palabras escritas o dichas, da forma a ríos como el Rehuilafquen, Llefcaihue, Quihue, Llesquehue, Liucura, Verde, Contaco y Maicolpi en la actual comuna San Juan de la Costa; Huellelhue y Chalguaco en Río Negro; Manquemapu, San Carlos, Guayusca (Hueyusca) y Quedal en Purranque; Capitanes, Pescado, Llico, Guagual y San Juan en Fresia; entre muchos otros cursos de agua.

Importante tener presente que la sociedad mapunche williche antes de la llegada de los invasores europeos estaba ligada a los grandes l’ewfü (ríos), siendo los innumerables wampu o ‘canoas’ el medio de transporte que conectaba diversos kawiñ y srewel. Tanta era la cantidad de wampu que, por ejemplo, el actual río Rahue –antiguamente Chawsra– era conocido por los españoles como el río de Las Canoas.

No podemos dejar de mencionar que también existen wüfko o ngeko, lugares donde el agua que brota de las entrañas de la tierra, algunos ubicados incluso en las partes más altas de la Kasrü Mawisam, como es el caso de las alturas de Kawiñ-alwe (Cahuiñalhue), espacio sagrado de nuestro pueblo actualmente en peligro de ser intervenido por un proyecto de megaparque eólico.

Junto a la gran cantidad de agua, la latitud, relieve, exposición a la luz solar, altura, entre otros factores, han permitido que la vida se desarrolle en su máxima expresión. Podríamos decir que en la Künko mapu se alberga flora y fauna únicas en el mundo.

Detallar la incontable cantidad de especies existentes en territorio Künko sería una tarea de nunca acabar. Referirnos a la cantidad y tamaño que pueden alcanzar en muchos casos, o los aromas, o los colores, o las sensaciones que generan las diversas formas de vida son aspectos que no nos es posible abordar en pocas palabras. Nos contentaremos con mencionar que hasta ‘plantas carnivoras’ hay en las alturas de la Füta Kasrü Mawisam: la ‘Atrapa Moscas’ o ‘Rocío del Sol’ (Drosera Uniflora), pequeña planta de hasta 4 a 5 cm de altura, de color rojo vívido y cuyas hojas están provistas de ‘pelos’ con los cuales atrapa pequeños insectos. Desconocemos su nombre en Tse Süngun.

Drosera uniflora | chileflora.com

No podemos dejar de destacar el rol de los poñpoñwe, clasificados por los no mapunche como turberas y humedales, espacios que reciben su nombre por la gran presencia de poñpoñ o musgos como el Racomitrium geronticum y el Sphagnum magellanicum, entre otros, especies vegetales capaces de retener gran cantidad de agua.

En territorio Künko, al igual que en Chiloé, los poñpoñwe, ya sean de formación natural u originados por acción humana (incendios), son agentes que cumplen al menos las siguientes funciones:

  • Recargar napas subterráneas y cursos superficiales las que, a su vez, son fuentes de consumo de agua de las familias de la zona.
  • Regular la recarga de agua (regulación hídrica). Dada la gran capacidad de retención de agua de los poñpoñwe y su liberación gradual se evita la saturación de los ríos y sus consecuencias: crecidas descontroladas, inundaciones, derrumbes y aluviones.
  • Dadas las características anteriores, los poñpoñwe son reservas de agua, particularmente importantes en verano.
  • Permitir la expresión del Fill Mongen. Dada que las características de cada poñpoñwe son únicas, la biodiversidad específica en cada poñpoñwe es también única.
  • Ser espacio de gran cantidad de newen, lo que permite la existencia de l’awen específico para determinados tratamientos.

El corolario podría ser que en los poñpoñwe se puede observar la estrecha interdependencia entre ko (agua) y mongen (vida).

Pero nuestra Ñuke Mapu no debe ser concebida solamente en su plano físico. Es necesario ver su plano no físico.

Si el püll’ü y el alwe está dispuestos, al caminar por el territorio Künko, particularmente en la zona cordillerana a la que nos hemos referido anteriormente, en algunos lugares se puede percibir newen en forma muy intensa y, a veces, sobrecogedora. Dichos lugares, desconocidos para la mayor parte de las generaciones mapunche actuales, eran muy respetados y protegidos por nuestros ancestros. Hoy se las llaman lugares, complejos o espacios sagrados, rituales y/o de significación cultural.

Sin ánimos de hacer un listado exhaustivo nos vienen a la memoria los Tren Tren, el Kawiñalwe, el Ngütrüntue, el Treng-Kawiñ, Kaytana, los mütrümtuwe, los wachiwe, incontables srenü, los küla ko, el Wi-Ngol-Ngol, el nawel kusra, las inmemoriales rutas mareras, las moradas de culebrones, ngünof y animales y ejércitos ‘encantados’, saltos y quebradas que suenan como cañón anunciando la lluvia en diferentes lof-mapu, pu eltun, ‘chillka kusra’, entre otros espacios a los que hay que sumar el complejo costero de Pukatriwe, que contiene gran cantidad de ‘espacios sagrados’, como por ejemplo la Wentriao Sruka Kusra (Wenteyao) y el Kanillo.

Y los seres humanos también somos parte de la Ñuke Mapu.

Las y los mapunche sabemos que podemos influir en el espacio donde habitamos y viceversa. Para quienes venimos de la Künko Mapu, podemos decir que nuestra relación con ella nos influye en todo ámbito: desde nuestro caminar, nuestra forma de hablar, nuestros silencios, las formas de afrontar la tristeza y la alegría, la percepción del tiempo y el espacio, la concepción del trabajo y sus fines, los vínculos familiares y sociales, por nombrar algunos ámbitos.

Lamentablemente, hoy prácticamente no nos relacionamos con nuestra mapu. Las nuevas generaciones, aun viviendo en el territorio Künko, están perdiendo ese vínculo ancestral que nos moldeaba como mapunche. Y esto nos casualidad. No podemos olvidar que en estos últimos doscientos años la alcoholización, la subyugación por parte de las religiones, el adoctrinamiento por parte del Estado y, en la actualidad, la enajenación que nos provoca la ‘libertad’ del modelo neoliberal hace que veamos a nuestra gran madre como una fuente inagotable de elementos que podemos tomar para nuestro beneficio sin dar nada a cambio. Esto facilita, como veremos posteriormente, la entrada de los fil’a.

La historia de los Künko ke tse también tiene particularidades muy interesantes y profundas, pero ese tema escapa a los alcances de este küsow (trabajo).

WIÑOSUAMAYEN

Partimos señalando que a nivel histórico, las primeras grandes intervenciones extractivistas en territorio Künko estuvieron dadas por la explotación de alerce a partir de fines del siglo XIX occidental, actividad en base a la cual se incendiaron enormes superficies de bosque ancestral.

Junto a la anterior, otra intervención que implicó gran destrucción del Fill Mongen en aras del progreso fue la construcción de la ruta al mar desde Osorno, actual ruta U-400, iniciada a mediados del siglo XX.

A partir de la imposición a sangre y fuego del neoliberalismo en Chile por parte de la dictadura cívico-militar encabezada por Augusto Pinochet, constatamos que la primera intervención de esta nueva fase de usurpación legal ha sido llevada a efecto por la industria forestal a través de los monocultivos de pinos y eucaliptos que se han impuesto al bosque nativo, generando sequía, cambios en el suelo, trayendo especies invasoras asociadas (insectos, particularmente) y contaminación por el uso de químicos. A lo anterior se suma el tránsito de camiones de alto tonelaje que deterioran los caminos y frágiles puentes rurales.

Las y los mapunche williche hemos manifestado nuestro rechazo al saqueo de nuestra Mapu | Fütawillimapu

No podemos dejar de señalar que el negocio forestal tiene su origen en el decreto 701 del año 1974, instrumento que permitió subsidiar, con el dinero de todos los chilenos y chilenas, hasta el 75% de las plantaciones de las empresas forestales propiedad de un pequeño pero poderoso grupo de familias. Podríamos agregar en este punto que, al parecer, la sociedad chilena ve con buenos ojos que los ricos se hagan aún más ricos a expensas suyas y a expensas de la destrucción de la naturaleza.

A fines de la década de 1990, particularmente en los gobiernos de Eduardo Frei (DC) y Ricardo Lagos (PS), empezó a tomar forma la idea de concretar una ruta costera en todo el territorio l’afkenche, afectando directamente el territorio Künko. El proceso, que si bien concretó la habilitación de algunos tramos, fue detenido gracias a la oposición de casi todas las comunidades mapunche l’afkenche, siendo uno de los principales líderes el fallecido Apo Ülmen Anselmo Paillamanque. Era evidente que la destrucción del bosque nativo y la existencia de rutas nuevas iban en claro beneficio de las grandes empresas forestales y no para los habitantes de las zonas costeras y cordilleranas.

A partir del siglo XXI occidental, los primeros indicios de una nueva arremetida del avance extractivista los conocimos el año 2011 con la denuncia de la comunidad Maicolpi, San Juan de la Costa, referida a solicitudes de derechos de aguas con fines hidroeléctricos, a lo que se sumó la primera denuncia de constitución de concesiones mineras en la comuna de Purranque. Es así como a partir del 2012, como Fütawillimapu.org, comenzamos un seguimiento de los procesos de acaparamiento de derechos de aguas y derechos de subsuelo, trabajo informativo, reflexivo y de concientización con el cual hemos aportado a la defensa del territorio mapunche williche, esperando que las familias, comunidades y autoridades ancestrales directamente afectadas y no agentes externos (ya sean mapunche o no) sean quienes lideren la defensa de sus propios espacios de vida.

Vinculada al acaparamiento de derechos de agua y subsuelo, están los recientes proyectos de megaparques eólicos, uno de los cuales es solicitud de una histórica comunidad mapunche de reconocida por su de defensa del territorio. También constatamos la constitución de concesiones acuícolas en ríos y el borde costero de la Fütawillimapu, tras el ecocidio cometido en Chiloé por parte de la industria del salmón.

En los últimos años hemos sido testigos de cómo ‘representantes’ y dirigentes han participado en un sinnúmero de reuniones con funcionarios estatales (lo que incluye viajes a Santiago y Valparaíso), no siendo directamente afectados por la constitución de concesiones mineras y derechos de agua y, más aún, no dando ningún informe o noticia a quienes sí están con el problema sus tierras. Triste pero para nada una sorpresa que las ansias de poder se apoderen de los representantes surgidos de instancias no ancestrales.

¿Y qué logro se ha obtenido de las gestiones anteriores? Solamente beneficiar la imagen del Estado de Chile a nivel internacional gracias su ‘diálogo’ con los ‘pueblos indígenas’.

Sí es importante destacar que vía oposiciones en base al Código de Aguas, recursos judiciales y la presión directa a los solicitantes de derechos de agua y concesiones mineras sí se han logrado cortar de raíz proyectos extractivistas en nuestra mapu.

A lo anterior se suma que el gobierno de Michelle Bachelet se centró en crear instancias para generar instancias de representatividad más controlables por parte de los gobiernos de turno y los partidos políticos chilenos, particularmente el Ministerio de Pueblos Indígenas y los Consejos de Pueblos Indígenas. Así, la distracción generada por los procesos de ‘consulta a la fuerza’ para ambas iniciativas, validando la reglamentación mutilatoria del Convenio 169 de la OIT heredada del anterior gobierno de Sebastián Piñera (Decreto N° 66), generó el contexto ideal para que la DGA y los tribunales civiles regalaran derechos de agua y subsuelo a empresas y especuladores.

Ad portas del nuevo gobierno de Sebastián Piñera, no será de extrañar que rápidamente los derechos constituidos durante el gobierno de Bachelet se transformen en proyectos que serán evaluados en SEA. Aquí empezarán las promesas y las negociaciones debajo de la mesas por parte de las empresas.

Así mismo no será de extrañar que quienes estuvieron ligados y han defendido al gobierno saliente pasen a asumir públicamente una postura contraria a la concreción de proyectos de energéticos en territorio mapunche aun cuando fue en el mismo gobierno de la Nueva Mayoría el periodo de aprobación de concesiones mineras y derechos de agua sin información ni consulta alguna a nuestras comunidades.

CONSECUENCIAS DEL AVANCE DE LOS FIL’A

Antes de analizar las consecuencias de permitir la entrada a proyectos extractivistas en nuestra mapu, nos tomaremos un momento para referirnos -en términos muy generales- a los fil’a.

En territorio Künko los fil’a son entidades dañinas vinculadas al weshantü (wesha antü) o los días de pobreza, escasez, hambruna, enfermedad y muerte. Normalmente los fil’a se materializan a través de entidades como plagas de insectos (pilmes, moscas, por ejemplo) o fenómenos de la naturaleza que si bien pueden ser de baja ocurrencia presentan un comportamiento anormal.

Los fil’a tienen afectación colectiva, ya sea a nivel de familias (müchulla), comunidades (kawiñ) o territorios (srewel/ayllasrewel) y se presentan cuando alguna de estas ‘unidades colectivas’ está debilitada por conflictos internos y/o ha transgredido el As Mapun en forma recurrente.

Hasta en medio de la Füta Kasrü Mawisam se han instalado hitos mineros | Fütawillimapu

En el mapunche srakisuam, los fil’a son parte de la naturaleza, no pueden ser destruidos y siempre están buscando el cómo poder extender su acción dañina, aprovechando cada debilidad del che (ser humano) en su dimensión colectiva para poder ‘entrar’. Por tanto, las y los mapunche antiguos siempre buscaban el fortalecimiento de cada unidad colectiva (müchulla, kawiñ, srewel, etc.) para evitar la intromisión de los fil’a y, si entraban, realizaban lepün o lepüntun para poder expulsarlos de su espacio de vida.

Es por las razones anteriores, que consideramos que los proyectos de ‘desarrollo’ y ‘progreso’, que son parte el modelo neoliberal extractivista chileno, son los grandes fil’a de los cuales debemos cuidarnos hoy pues representan el aspecto más dañino del ser humano y siempre están buscando nuestras debilidades para poder entrar y dañarnos a nosotros y a los espacios de vida que nos heredaron nuestros ancestros.

Las consecuencias de cada proyecto extractivista debe ser analizada en forma particular, hay aspectos que son comunes y que, en nuestra opinión, todos debemos tener en claro.

En primer término, solamente con la posibilidad de que un sector se instale una faena minera, una hidroeléctrica o un parque eólico ya se genera una intervención dañina que deja profundas secuelas entre y al interior de nuestras comunidades. Ante la miseria que nos han impuesto para reducirnos, limitar nuestros derechos colectivos y hacernos olvidar lo que éramos, muchas familias están a la espera de poder vender o permutar sus tierras, cobrar por servidumbres de paso, arrendar o prestarse para cualquier otro mecanismo que les permita ganar dinero no importando el daño a sus vecinos o a sus propios familiares. Así, velando por sus propios intereses, toman posiciones encontradas con las familias que rechazan la instalación de proyectos extractivistas en sus territorios por tener más de información y conciencia de los efectos que generan estas intervenciones o porque respetan el sacrificio realizado por sus antecesores en la defensa de la tierra o simplemente porque aman la tierra madre que los vio nacer.

Lo mismo se presenta a nivel de comunidades. Como ya se está viendo, una comunidad puede permitir la instalación de un proyecto en ‘su’ territorio, no importándole la opinión o afectación que tengan las comunidades vecinas, argumentando que su objetivo es salir de la pobreza y/o del aislamiento.

En este punto es probable que muchos mapunche sean los portavoces o rostros visibles de las empresas que quieren instalarse en nuestros territorios, llevando el discurso del ‘desarrollo’ como consigna, tratando de convencer a cada miembro de las comunidades jurídicas de que al aceptar la entrada de determinado todos se beneficiarán económicamente, saldrán de la pobreza, serán valorados como personas y podrán asegurar el futuro de sus familias… y sabemos que hoy las personas creen más en lo que quieren escuchar que en antecedentes reales o razonamientos fundados.

Estamos conscientes de que es altamente probable que las empresas interesadas inviertan sumas no menores de dinero para comprar la conciencia de nuestra gente, montos que, de todas formas, no serán ni una mínima parte de las ganancias obtenidas de la depredación de nuestra Ñuke Mapu. Pero no debemos olvidar lo que pasó en Ralco, la seducción del dinero pudo más que el amor a la mapu, familias pewenche abandonaron sus tierras, aceptaron que se construyera una represa y se inundaran sus espacios sagrados, entre ellos cementerios. Si bien algunos resistieron hasta donde sus fuerzas pudieron, Ralco terminó en alcoholismo, violencia intrafamiliar, envidia, venganza, tristes suicidios y horribles homicidios. No queremos que esto se replique en la Fütawillimapu.

Como señalamos anteriormente, la vegetación nativa y en particular los humedales que se encuentran en las alturas de la Cordillera de la Costa cumplen importantes funciones. En base a los antecedentes que hemos analizado hasta ahora, los proyectos de megaparques eólicos pretenden emplazarse en las partes más altas de la Füta Kasrü Mawisam, precisamente donde produce la captación y liberación regulada del agua lluvia. Por tanto, razonando un poco, de intervenirse las zonas altas de la Cordillera de la Costa es evidente que se afectarán las nacientes de agua, comprometiendo la disponibilidad de agua en walüng (verano) y facilitando la erosión y la ocurrencia de aluviones en periodos de lluvias intensas (pukem). Dicho de otra forma, en el verano no tendremos agua que beber y en invierno la fuerza del agua llevará todo a su paso.

Las consecuencias anteriores no son exageradas. Pensemos que para llegar a las alturas de la cordillera e instalar un megaparque eólico y un se necesita habilitar caminos amplios que lleguen a dichas zonas, vías por las que transitarán camiones de alto tonelaje. Al llegar a la parte alta se deberá ‘limpiar’ el suelo de la vegetación existente, generalmente vegetación de baja altura y los innumerables poñpoñwe, cuya superficie promedio es menor al cuarto de hectárea.

Aerogenerador comparado con un fücha lawal | Fütawillimapu

Hay que considerar que, por ejemplo, para instalar 30 aerogeneradores del orden de los 3 MW (MegaWatts), cada aerogenerador (que mide más de 100 metros de altura) deberá estar separado a sus costados entre 300 a 600 metros del siguiente aerogenerador. Por tanto, el área que abarca un solo aerogenerador oscila entre 9 a 36 hectáreas. Por su parte, los 30 aerogeneradores ocuparán, al menos, una superficie que oscila entre ¡270 a 1080 hectáreas!

Agreguemos como dato que el poñpoñwe del Parque Juan Melillanca Naguian de la comunidad Melillanca Guanqui del sector Quilloimo, San Juan de la Costa, tiene una superficie de casi 3 hectáreas, siendo uno de los más grandes de la zona. Quienes se han metido a un humedal saben que fácilmente una persona se puede hundir más de un metro. Sabemos además que el 80% de un musgo es agua. Con estos datos podemos estimar que dicho humedal puede contener -al menos- 30.000.000 de litros de agua (30.000 m3) que se liberan gradualmente. Y esto en solo 3 hectáreas.

Demás está señalar que la altura de la Cordillera de la Costa es roca sólida, por lo que deberán utilizarse explosivos para perforar el suelo y poder construir las bases que soportarán cada aerogenerador. Si la situación sigue como hasta ahora, en unos años estarán poniendo explosivos en Kawiñ-Alwe (Cahuiñalwe).

Si hacemos funcionar nuestro lonko (cabeza), podemos empezar a dimensionar los efectos a los que nos hemos referido anteriormente, la falta de agua que se irá agudizando… Y si se tratase de faenas mineras, a los efectos anteriores deberemos sumar la contaminación del aire y de las aguas. Peor aún.

Es importante dejar en claro que no hay crisis energética como nos trataron de embaucar con HidroAysén. Hoy empresas chilenas se dan hasta el lujo de vender energía eléctrica a empresas argentinas. Así mismo, es necesario que todas y todos tengamos claro que el discurso de las ‘energías limpias’ no tiene nada de limpio, solo es un negocio a costa de naturaleza y nuestros derechos ancestrales.

Si de verdad hay tanto interés en lo que llaman energías limpias, en vez de hacer megaparques eólicos en sitios inadecuados y de llenar de hidroeléctricas nuestros ríos, las empresas o el Estado podrían impulsar políticas destinadas a que en cada sector o comunidad se instalen (en lugares adecuados) un par de aerogeneradores y un conjunto de paneles fotovoltaicos para el consumo autónomo de los habitantes de la zona.

Dada las características de la ideología neoliberal chilena, lo anterior es imposible.

Para finalizar, queremos recordarles pu l’amuen, pu peñi, que lo que vivimos hoy ya lo vivieron nuestros kuifi ke tse mongen partir de la segunda mitad del siglo XIX. En aquellos tiempos empezaron a aparecer los títulos fraudulentos de propiedad en territorio mapunche que el Estado reconoció como válidos. Así, los herederos ancestrales de sus propias tierras pasaron a ser ocupantes ilegales de las mismas y quienes nunca vivieron ahí pasaron a ser los dueños reconocidos por la ley. Nuestros ancestros no aceptaron este atropello y defendieron su mapu cuando los ‘usurpadores legales’ quisieron sacar provecho de sus propiedades. Así comenzó lo que llamamos ‘el tiempo de las matanzas’, herida que todavía sangra exigiendo justicia.

Hoy empresas y personas que ni siquiera han visitado en nuestra mapu son los dueños legales del agua, del subsuelo y de parte de la mar… y están a la espera del momento propicio para sacar provecho de sus propiedades.

Fentenay fachi küsow. Mañumeymün pu l’amuentun, pu peñintun. Pu Alwe ta piñomaeymün mo.

Por Salvador Rumian C.
Fütawillimapu
@Wesrkin


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Tami srakisuam

4 comentarios

  1. Negarse a todo a sido una tónica de nuestra cultura, y ahí estamos estancados pobres subsidiados por el estado. Propongo replicar al gran Leftraru . vencer con sus mismas armas al enemigo…

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